♡CAPITULO 47♡

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Una semana.

Una semana sin saber absolutamente nada de Jean.

 Una semana en la que no respondió ni una sola de mis llamadas, no ha reapondido ni uno de mis mensajes. 

Una semana en la que no pude dormir pensando en él. 

Todos los días despertaba revisando el teléfono celular, esperando encontrar una llamada perdida de él, pero no había absolutamente nada.

No iba a rogarle. Lo amaba con todo mi corazón, pero si él no quería saber  de mí, no iba a ir a buscarlo. Si el no contestaba mis llamadas y mensajes era porque definitivamente no quieria saber nada de mi. 

Pensaba que, tal vez, con el paso de los días, él querría verme. Sabía que se enojaría, pero nunca imaginé la magnitud de lo que pasaría. ¿Tanto odiaba a su padre?, aparentemente sí.

Los exámenes finales no podían haber llegado en peor momento. No tenía cabeza para estudiar, y ni siquiera me importaba hacerlo. 

Darian había intentado animarme y lo agradecía, pero era imposible. No podía quitarme de la mente las palabras duras de Jean.

¡Una maldita y jodida semana!, ¿Tan poco le importaba?, ¿Tan poco valía lo que sentía?, ¿Su orgullo era tan grande?...

Cerré los ojos intentando apagar el ardor que sentía por las lágrimas contenidas. La mano de Darian sobre la mía me hizo reaccionar.

Alcé la vista y la miré. Una sonrisa triste surcaba su rostro y me quité uno de los audífonos que tenía puestos.

-¿Cómo te encuentras? -preguntó, sentándose en el asiento frente a mí.

Me encogí de hombros intentando restarle importancia al nudo dentro de mi pecho.

Darian suspiró pesadamente. 

-Es un idiota. -espetó.

Una sonrisa dolorosa cruzó mi rostro y dije 

-Es MI idiota.

Ella suspiró una vez más.

-¿Jean no te ha llamado?

-No.

-¿Ni ha respondido ni una de tus llamadas?

-No.

-Y los mensajes?

-Tampoco- conteste triste

Darian se quedo cayada. Sabía que no tenía idea de qué decirme y ella nunca se quedaba sin palabras.

-¿Cómo va todo con Naim? -dije, intentando cambiar de tema.

-Bien. Iremos ésta noche a bailar, ¿Quieres venir? -me invitó.

Una sonrisa triste me asaltó.

No tenía intensiones de salir a divertirme; al día siguiente era mi día de descanso en el trabajo, pero aún así, no quería hacer nada más que llegar a casa y revolcarme en mi propia miseria hasta sentirme un completo cerdo estúpido.

-Gracias, pero creo que paso. -dije mirando al suelo.

Todas mis noches, de hacía una semana hacia acá, se resumían a eso: comer, lamentarme, y llorar hasta quedarme dormido.

-¡No digas tonterías!, Naim no invitará a Jean, yo me encargo. Necesitas salir, ya te has revolcado en tu dolor por una semana, no puedes seguir así Libi. No debes sufrir por alguien que te demuestra que no te quiere en su vida! Vales más que eso! -me reprendió. No puedes ni debes seguir asi!

-¡Claro que puedo!, ¡Mírame!, ¡Lo estoy haciendo ahora mismo! -chillé mientras intentaba ponerme de vuelta mi audífono.

-¡Sin estupideces!, ¡Vas a ir conmigo a bailar y te vas a divertir! -me dijo, sosteniendo mi mano lejos de mi oreja.

Tras casi cuatro horas de Darian rogándome que la acompañara, accedí, sólo porque sabía que no me dejaría en paz si no lo hacía. Tenía que ir y acabar con sus intensiones de ayudar.

Cuando llegué a mi casa, ni siquiera me molesté en mirar el celular. Lo había dejado en casa debido a mi horrible manía de llamarle por teléfono cuando sabía que él no quería saber nada de mí. Sabía que él no había llamado.

Me senté frente al espejo de mi tocador y me miré.

¿Cuánto había cambiado en el transcurso de un año y tres meses?, Un año y tres meses que tenía conociendo a Jean. Lucía cansado, fatigado, agotado, triste..., maduro.

Ya no era el mismo.

Ya no era el Libardo que huía de los problemas. Me había obligado a enfrentarlos, sólo porque le había dicho a Jean que no debía huir de los suyos. Me había obligado a hacer lo que yo le exigí a él hacía mucho tiempo.

Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas y ésta vez ni siquiera intenté detenerlas. Me sentía entumecido, roto... Aterrado.

Y, por un momento, deseé ser otra persona. Estar en otro lugar; ser alguien más. Quería ser feliz y libre, como lo era antes... 

Y por otro lado, quería seguir siendo ésta nueva persona en la que me había convertido, y que no conocía. Ésta que había cometido un error por amor y lo volvería a cometer una y otra vez si pudiera elegirlo.

No me arrepentía de nada. Había hecho lo que mi corazón me decía que era correcto. Quería ayudar, y no había forma en la que me arrepintiera de querer lo mejor para él. Yo solo buscaba cumplir su deseo de recuperar la vista.

Las lágrimas pesadas cruzaban mi rostro porque lo había entendido: esto era el final.

El final de la etapa más hermosa de mi vida y de la que más había aprendido. En la que había conocido el amor, el dolor, la angustia, los celos, la felicidad, el vértigo y las mentiras blancas, esas que no importaban si eran para estar con él...

Las lágrimas se volvieron más intensas pero la sensación dentro de mi pecho era diferente. Era como si estuviera dejando ir una carga increíblemente pesada que venía arrastrando desde hacía una semana y lo dejé fluir. Necesitaba esto. Necesitaba sanar..., si Jean quería esto, yo lo aceptaba y lo dejaría ir, si eso era lo que él quería.

Era tiempo de seguir mi camino, así Jean no estuviera en él.

Y me siento orgulloso de mi mismo por tener el valor de dejar ir a la persona que amo, el no me quiere en su vida y yo no puedo obligarlo, tampoco voy a rogarle, tenia que tener un poquito de amor propio por mi, y no rogar por amor, yo valia más que eso. 

Jean me habia dicho cosas muy hirientes, pero yo lo habia hecho por amor y el no entendia eso. Y no lo culpo. Aún lo amo, pero no permitire que me lastime más. 

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Holaa♡

Quiero decirles que estoy muy orgullosa de Libi, amor propio es lo que cada personita debe tener en su corazón♡

Estamos en la recta final.....

Solo faltan 3 capítulos...

Dejen en los comentarios que les pareció el capitulo♡

Voten si les gusto♡

AUNQUE NO PUEDA VERTE- LIEAN (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora