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Cumpleañera

"¡Feliz cumpleaños, querida Lilly, feliz cumpleaños a ti!" Su padre cantó con una sonrisa mientras su madrastra estaba a su lado sosteniendo un plato de brownies

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"¡Feliz cumpleaños, querida Lilly, feliz cumpleaños a ti!" Su padre cantó con una sonrisa mientras su madrastra estaba a su lado sosteniendo un plato de brownies.

Una vela estaba en la parte superior, la vela que representaba su 17mo año de vida. Una vez terminada la alegre canción sobre estar un año más cerca de la muerte, su madrastra puso el plato en el centro de la mesa.
"Anda pide un deseo". Preston le dijo a su hija mientras se sentaba en la silla de madera, provocando un ligero chirrido. Después de pensar lo que desearía para este año, ella soplo la vela en un golpe rápido, viendo cómo el humo se esparcía en la atmósfera. A ella le encantaba ese olor, el olor después de soplar una vela, o el olor a papel quemado. Le recordaban al olor de los malvaviscos asados.

"Estos brownies se ven maravillosos Mildred, gracias." Lilly le dijo a su madrastra con una sonrisa y un cabeceo. "Seguro que no son nada comparados con los que haces, pero hice lo mejor que pude. Feliz cumpleaños, cariño." Ella se lo dijo mientras se inclinaba hacia un lado de la mesa, recogiendo dos cajas envueltas en papel rosa. Ambas cajas selladas con un bonito moño en la parte superior. "De tu padre y yo."

Preston le dio una sonrisa, diciéndole que estaba bien abrirlos ahora. La chica, ahora con más confianza, desató el lazo y desprecio su primer regalo. "Oh... una Biblia..." Dijo en un intento de encubrir la decepción con entusiasmo. "Bueno, creo que las otras son algo viejas, necesitas una nueva."

"Claro, tienes razón." Lilly dijo carraspeando y con una sonrisa falsa plasmada en la cara. Cada año le daban una Biblia. Todos. Los. Años.

"Que esperas?. Abre el segundo". Mildred alentó dándole un juguetón empujón. El segundo, claramente no era un cachorro ya que la caja era demasiado pequeña. Esta vez lo que estaba dentro de la caja era un collar, parecía hecho a mano, era una cruz que colgaba en el medio de la cadena. "Tu padre lo hizo solo." Mildred le dijo con orgullo en su voz. "Gracias, papá, no me lo quitaré." Lilly le dijo. Al menos este regalo no fue malo del todo, ella estaba agradecida, pero esto no era lo que ella quería para este año.

Ella pidió un cachorro, tiene una Biblia. Ella pidió algunos discos para su tocadiscos, ella tiene un collar de crucifijo. Esto ocurre todos los años, y aún así decidió no quejarse, era mejor que no conseguir nada. Quería un cachorro más que nada, un pequeño compañero para tener a alguien en esta aburrida casa.

"Este año es especial Lilly." Su padre miró a su mujer con rostro emocionado. Ahora el interés de Lilly quedó al máximo. "Tenemos otra sorpresa..." ¡Un cachorro! Tiene que ser un cachorro. ¿Cómo voy a llamarlo? ¿Es un macho o una hembra? Da igual, lo amaré sin importar lo que sea. Si era un perro, no sabría como darle las gracias a su padre.

"Nos vamos a Coal Creek. Donde seré el predicador de la iglesia. ¿No es increíble?" Preston dijo con emoción. No quería mudarse a ningún Coal Creek, no quería cambiar de escuela. Aunque sería agradable conocer gente nueva, ella estaba cómoda aquí, en su antigua y aburrida casa. No quería que nada cambiara.

Por desgracia para ella, el cambio era inevitable. Y todo su mundo cambiaria después de eso.

The Devil All The Time / Pecadores >> Arvin R.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora