Capítulo 20

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Tres meses en su búsqueda. Meses en los que vigiló a su padre luego de que se tomara días libres o utilizara los que tenía para viajar a quien sabe dónde. El cual apenas sospechó de que lo vigilaban dejó de hacer esos viajes y Shoto tenía la teoría de que mandaba a alguien con recados pero no podía dar con esa persona.

Para poder controlar a su padre, decidió mudarse temporalmente a su antigua casa. Claro que alegando sentirse muy mal sin Izuku en casa, que no era una mentira después de todo, pero Fuyumi empatizo con su situación y persuadió a su padre con esa excusa.

Estando en su casa podía examinar a su padre, tanto en la agencia como en el hogar. Pero el maldito no daba señales de nada sospechoso. Los únicos momentos en los que estaba solo era en su oficina y en su habitación, incluso le había pedido a Mina y Kirishima que lo mantuvieran al tanto si hablaba con alguien. Pero después de tres meses de fracaso en vigilar al héroe, Shoto se sentía frustrado consigo mismo por tener tan bajas habilidades como detective.

Una noche mientras Mina le comentaba sobre la vida del héroe número uno, dijo que "pareciera que Endeavor no tenía una vida por fuera del trabajo de héroe". La lamparita imaginaria en la cabeza del bicolor se encendió.

Endeavor usaría a sus colegas o subordinados y les otorgaría la misión, estos cumplirían sin rechistar. Y para confirmar su teoría debía revisar los archivos de misiones, el problema era que el asistente de su padre le dejara verlos. Problema que se soluciono cuando Bakugo a su modo, nada amable, de pedir las cosas, le dijo que quería ver los registros y al otro no le quedó otra que acceder.
En ese momento no supo si el rubio fue demasiado intuitivo o había tenido la misma sospecha que él. Pero le agradeció abiertamente teniendo una respuesta tosca a la forma de ser del rubio.

Y así fue como logró dar con la persona que le hacía los recados a su padre fuera de la ciudad, justificado como misión por avistamiento de villanos en el área. Lo cual era poco creíble, porque si estuviesen reportados esos ataques o avistamientos, su equipo sería el primero en ir a inspeccionar la zona.
No fue difícil interceptar al que hacía dicha tarea y así pudo dar con el paradero de Izuku, que ahora se encontraba en el hospital y en plena operación.

Había llamado a la madre del pecoso, era la que más afligida estaba con la desaparición de su hijo. También llamó a su hermana y a los amigos de Izuku, Ochako y Tenya. Todos estaban sumamente tensos a la espera de noticias por parte del médico que realizaría la cesárea.

Las dos mujeres intentaban consolar a una llorosa Inko preocupada por su hijo y nieto, mientras que Tenya le daba ánimos con unos golpecitos en la espalda.

— Todo saldrá bien, Midoriya es fuerte —dijo Iida tratando de confortarlo.

— No lo dudo, aún así estoy nervioso —murmuró el bicolor intranquilo, el molesto tono de llamada de su celular hizo eco en el pasillo. Miró el identificador de llamada y frunció el ceño. —¿Qué quieres? —dijo tajante.

— ¡Shotoo! ¿¡Dónde demonios estás!? —gritó si padre del otro lado del teléfono. Seguramente consciente de que el encargado de llevarle recados fue interceptado y la mujer que cuidaba a Izuku regresó a la casa  fuera de la ciudad.

— Con Izuku, va a tener el bebé —contestó parco ignorando el enojo del mayor.

— ¿Qu—Shoto lo interrumpió.

— No quiero que te atrevas a mostrar esa cara hipócrita tuya frente a mi de nuevo si no quieres que te la parta —Iida que estaba junto a él, lo miró sorprendido por el tono mordaz en las palabras del bicolor, este solo pudo suspirar al cortar la comunicación.

No puedo creer que estés aquí... (Tododeku/Mpreg) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora