En una época donde todos los aspirantes a héroes de la clase A se convierten en pro héroes, Deku y Shoto a sus 20 años se enfrentarán a una nueva problemática en sus vidas.
Una que sucede con el repentino ataque de un villano con un quirk de cambio...
La semana no había comenzado de lo más bien con las nuevas noticias sobre él ganando peso o estando de perezoso, pero si que había terminado bien gracias a sus amigos y su pareja que hicieron todo para hacerlo sentir bien. Había semanas en las que estaban hasta el cuello con los reportes y el papeleo, y otras en las que no tenía absolutamente nada para hacer, como era el caso de esta semana. Por eso Izuku podía decir que hoy se sentía de buen humor y tarareaba una canción mientras ordenaba y limpiaba su habitación.
- Tararara~ tara~ tarara~ I feel the static... And everytime we kiss, I reach to the sky~ -.
- ¿Qué mariconada estás cantando Deku? -. El peliverde se dio vuelta al escuchar a su amigo y lo encontró en el marco de la puerta de brazos cruzados.
- No digas eso, es pegajosa - sonrió volviendo a su trabajo de estirar la cama.
El rubio rodo los ojos haciendo una mueca molesta. - ¿Qué quieres almorzar? - Izuku pensó que se le antojaba y la imagen de una deliciosa pizza vino a su mente y lo seducio con su queso derretido, peperoni y aceitunas.
- ¡Pizza! -dijo emocionado el peliverde imaginando una sabrosa pizza con mucho queso.
- ¡Eso no es nada saludable! -.
- ¡Por favor Kacchan! -junto sus manos en señal de súplica que poco pareció importarle al otro.
- ¡Dijiste que comerías saludable idiota! - el rubio comenzaba a enojarse con la actitud infantil del otro - Ni siquiera ha pasado una semana entera sin que quieras comer alguna porquería -.
- Solo está vez, porfavor... -puchereo e hizo ojitos de gatito, pero el otro solo lo miraba con el ceño completamente fruncido - Aprecio que quieras cuidarme Kacchan pero de verdad tengo muchas ganas de comer pizza -.
Aquella afirmación fue la gota que rebalsó el vaso para el rubio.
- ¡Cállate pedazo de mierda! -gritó enojado antes de desaparecer de la habitación dando un portazo.
- ¡También te quiero Kacchan! -río el peliverde ante la actitud de su amigo.
El transcurso de la tarde había pasado tranquilo por parte de Izuku, ya que Bakugo si le había pedido su tan anhelada pizza, de la cual devoró más de la mitad a pesar de las críticas del otro por elegir una comida tan poco saludable, pero no se podía negar un antojo, era débil ante ellos. Aunque luego de un par de horas ya se sentía cansado y con sueño lo que lo llevó a estar de mal humor, así que decidió tomar una pequeña siesta en el sofá en lo que Bakugo ocupaba el ordenador para quien sabe que cosas.
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Hoy Shoto se encontraba regresando a su departamento un par de horas antes porque su padre lo autorizó a irse con la excusa de que debía prepararse para su próxima misión, de la cual aún no informaba a su amado peliverde.
