Lucifer usa cuero [En Edicion]

• Lucifer •

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras esperaba el impacto de la bala.

Esperando escuchar un disparo sonando en las calles vacía.

Pero en cambio, escucho un clic. 

Abrí los ojos para encontrar a Zayn mirándome.

—Pensaste que realmente te dispararía-.  Dijo más de lo que pidió.

Me quedé en silencio, sin saber qué decir. 

Una brisa fría repentina me azotó la cara y me estremecí.

Su rostro se puso serio. 

Una expresión fría de piedra se plasmó y levantó la mano. 

Inmediatamente mis reflejos se activaron y me estremecí, cerrando los ojos con fuerza. 

—Mírame-.  Exigió su voz profunda.

Todavía no lo hice, manteniendo los ojos cerrados mientras mi cabeza miraba hacia otro lado. 

Sus dedos fríos se deslizaron bajo mi barbilla y mi cabeza se volvió en su dirección. 

—Blair-.  Llamó, su tono no me dio más remedio que escuchar.

Abrí los ojos y él me miró fijamente, sin quitar nunca los dedos. 

Luego se inclinó y agarró mi mano, sin romper el contacto visual mientras se la llevaba al pecho.

Puso mi mano sobre él, justo sobre su corazón.  Fue una carrera. 

—Me asustas tanto como yo te asusto a ti-.  Dijo, mirando dentro de mi alma. 

—¿Cómo?-  Me las arreglé para preguntarle

—No lo sé.  Dijo, suspirando y negando con la cabeza. –Vete a casa.

Asentí con la cabeza, mirándolo brevemente antes de cruzar la calle y entrar al Café para recoger mis cosas.

Después de recoger todo, salí y encontré a Zayn apoyado contra la pared con los ojos cerrados.

Empecé a alejarme, viendo como venía aquí caminando de todos modos.

—¿Qué estás haciendo?- Preguntó, su tono haciendo otra pregunta.

—Caminé hasta aquí. Mi casa está a solo 2 cuadras de distancia-.  Dije y él negó con la cabeza.

—Te acompañaré-.  Dijo, acercándose a mí. 

—¿Qué hay de tu motocicleta?- Pregunté, señalándolo. 

—Volveré-.  Dijo, poniendo fin a la conversación.

Caminamos en silencio durante un rato, uno al lado del otro por la acera.

Pero la Curiosa Sally de aquí tuvo que arruinar el silencio con su estupidez. 

—¿Por qué te llamó Lucifer?- Pregunté, ganando una ceja levantada. 

—El hombre de allí.-  Yo añadí. 

Se quedó en silencio y siguió caminando, manteniendo los ojos al frente.

—Es mi nombre.-  Dijo con indiferencia, encogiéndose de hombros.

—¿Qué?- Pregunté estúpidamente.

—Segundo nombre-.  Terminó. 

—Oh-.  Dije, perdiéndome en mis pensamientos.

Llegamos a mi casa y me di la vuelta, agradeciéndole rápidamente mientras trataba de escapar de la incómoda tensión.

—Blair-.  Llamó, haciéndome dar la vuelta.