• Pánico •

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Blair

Me desperté cubierta de sudor. 

Mi corazón estaba acelerado, latiendo fuera de control. 

Tratando de calmarlo, siguió yendo más rápido. 

Empecé a jadear fuerte, mi corazón entró en modo de pánico. 

Haciendo más difícil respirar. 

Dándome la vuelta, agarré mi teléfono de la mesita de noche e intenté llamar al teléfono de Nick. 

Sonó y sonó y sonó, pero él nunca respondió. 

Cerré los ojos con fuerza, a punto de rendirme cuando lo recordé. 

Buscando su contacto, presioné el botón verde de llamada. 

"¿Si?"  Respondió sin sonar somnoliento en absoluto. 

"Ayuda."  Me las arreglé para salir antes de escuchar un movimiento inmediato desde el otro extremo.

"¿Ubicación?"  Su voz profunda sonó desde el otro lado. 

"Casa".  Dije, cerrando los ojos cuando comencé a sentirme mareado. 

"Blair".  Lo escuché llamar débilmente cuando comencé a perder el conocimiento. 

"Blair".  Llamó más fuerte y mis ojos se abrieron de golpe. 

El aire era cebada que entraba por mis vías respiratorias, lo que dificultaba hablar. 

De repente, la llamada se cortó. 

En ese momento, me di por vencida.  Cerrando los ojos justo cuando escuché un fuerte golpe desde abajo.

Que carajos

En un instante, fuertes pasos fueron desde la sala de estar al pasillo, asustándome. 

Mi puerta se abre de golpe y cerré los ojos, demasiado asustada para mirar hacia arriba.

Las lágrimas corrieron por mi rostro y seguí jadeando en silencio.

—Blair-.  La voz de Zayn llamó desde la puerta. 

Mis ojos se abrieron de golpe y me senté, señalando mi garganta. 

Me miró fijamente, procesando lo que estaba sucediendo y asintió con la cabeza, levantándome. 

Sus brazos se envolvieron alrededor de mi cintura con fuerza y ​​lo apreté, temblando. 

Su corazón latía tan rápido como el mío, pero aún mantenía la respiración constante. 

Escuché los latidos de su corazón y, finalmente, mi respiración volvió a la normalidad.

—Gracias-  Dije en voz baja, alejándome. 

—Bienvenida- Dijo encogiéndose de hombros. 

—¿Te desperté?-  Le pregunté, sentándome al borde de mi cama. 

—No duermo-.  Dijo, metiendo las manos en los bolsillos. 

—¿Por qué no?-  Pregunté, frunciendo el ceño. 

Se encogió de hombros de nuevo.  Suspiré, recostándome en mi cama y mirando al techo. 

Sus pasos fueron hacia la puerta y mi corazón comenzó a acelerarse.

—Lucifer.-  Llamé y se detuvo –¿Puedes ... quedarte?- Yo pregunté.

Cerré los ojos con fuerza mientras esperaba a que dijera que no, pero en cambio la cama a mi lado se hundió.

Lucifer usa cuero [En Edicion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora