Capítulo 18: Un poco de distancia...

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Nayeli.

Pasamos de tener un día para los dos a no tener ni un solo día. Una parte de mi sentía que era una mala idea, pero sinceramente mi tiempo ya no alcanzaba y enserio quería ese papel.

Así que lo primero que tenía que hacer era terminar la historia de nuestro comic, así cuando Alex terminara de dibujar las otras páginas ya tendría más trabajo y yo no me preocuparía más porque el acabara antes que yo. También tenía que estudiar, ya que si bien tenía que practicar, eso podía hacerlo entre semana y además debía de ir checando la publicidad para mi obra, ya que estaba casi lista,


Alex

Eva: ¿Enserio no puedes el fin de semana? 

Alex: Si puedo, ya lo tengo libre.


Nayeli

El fin de semana por fin había acabado el primer examen y la historia del comic, se lo mandé a Alex el cual me mandó un mensaje en la madrugada para decirme que estaba increíble, claro, no vi el mensaje hasta que desperté.


Alex

—Si estas oxidado.

—Te lo dije.

—Pero te puedo arreglar en dos semanas.

— ¿En dos?, ¿que no teníamos un mes?

—Eso era antes, ¿enserio no has participado en casi cinco años?

—Sí, pero ya no como antes lo hacia, antes pasaba horas tocando, por eso era bueno.

—Bueno, no te preocupes, lo haremos bien.

— ¿No te afectare si perdemos?

—No, y aunque lo hagas no me importa— dijo Eva —. ¿Volvemos a comenzar?

—Sí.


 Nayeli.

No quedaba mucho para que el director eligiera los papeles finales, estábamos a solo cinco días y yo aún dudaba si ganaría o no, por fortuna Odín se ofreció a ayudarnos tanto a Alice como a mí.

—Bueno, de todas las que compiten el papel principal las apoyo a ambas.

—Eso no ayuda mucho Odín.

—Tranquilas, yo solo quería apoyarlas— dijo mientras volvía a darnos el libreto—. ¿Listas?

—Si.


 Alex

— ¿Entonces este es su comic? —dijo Eva mientras terminaba de leer lo poco que teníamos terminado—. Es bueno.

—Sí, pero aún no está terminado.

— ¿Quieres ayuda?, no soy muy buena dibujando, pero puedo aprender para ayudarte, aunque sea coloreando y entintando.

— ¿Podrías?

—Sí, servirá para que te relajes un poco entre ensayos.

—Gracias.

—A cambio haces la comida.

—Lo veo justo.

—Es justo. 


Nayeli

Cuando ocurrió no pude evitar abrazarlo. Ya que así de casual como nos conocimos, nos habíamos vuelto a encontrar en el vagón.

— ¿Ya de regreso? — le pregunte.

—Si ya es hora y perdón haber manchado un poco tu blusa, en serio lo siento.

—No te preocupes, valió la pena, además fui yo la que te abrazo, por cierto, ¿Cómo te la hiciste?

—Siempre termino todo lleno de aceite y grasa, pero hoy nos llevaron un motor según a revisión y tenía una gran fuga que causo que mi amigo y yo termináramos manchados, antes ya se me quito de las manos.

— ¿En caso de que no, tendré la mancha de una mano en mi chamarra?

—Sí.

—Entonces esperemos que no.

—Si se mancha luego te regalare una.

—No te preocupes, no es la gran cosa, creo que solo mi blusa quedo así.

—Luego te comprare una.

—No te preocupes, ya te dije que valió la pena, además de que ahora ya tengo una blusa que usar para pintar.

—Gracias.

—Por cierto, tengo una nueva notica.

— ¿Cuál es?

—Gane el papel.

— ¿Enserio?

—Sí, fue reñido, pero lo logre.

—Sabía que lo harías.

—Lo sé— dije mientras lo volvía a abrazar, tenía otras blusas y chamarras, pero pocos momentos a su lado—. Solo que debo ensayar más, en una semana será la presentación de mi obra, ¿iras?

—Claro.

—Bueno, luego te doy tu boleto.

— ¿No puedo decir que soy novio de la directora?

—Dudo que sirva, aunque le pondré a tu asiento tu nombre.

La última estaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora