Capítulo 22: Acto final

2 0 0
                                    

Alex

Creí que Naye preguntaría sobre lo que había pasado cuanto toque junto a Eva, pero me alegro que lo hiciera, aunque también creí que después de entregar el comic tendríamos de nuevo tiempo para estar juntos, pero de nuevo me había equivocado.

Como se acercaba la presentación de la obra de Naye y el fin de semestre ella estaba bastante presionada, mi caso no era tan distinto pero ya estaba acostumbrado a estar así— cosa que no aun no sabía si era buena o mala señal—, y sabía que salir con Naye sería tener poco tiempo juntos, pero ese tiempo siempre valía la pena, pero ahora sentía que, de alguna extraña manera, ella estaba más lejos que antes y la razón no era que se mudaría.


Nayeli

La cita había sido increíble para ser un poco improvisada, ya me había mudado por completo y disfrutaba bastante mi nuevo departamento, lo malo era que ahora no tenía tiempo casi para nada — extrañamente podía hacerme tiempo para hablar un poco con Alex, pero llegaba cansada y terminaba dormida—, pero la obra estaba a una semana de ser presentada y estábamos a una semana de terminar época de exámenes, así que no podíamos vernos tan seguido nuevamente.


Alex

La semana fue algo tranquila, hablaba poco con Naye, pero ella estaba ocupada y yo bueno, yo ahora pasaba aún más tiempo con Eva, estudiábamos un rato y también practicábamos un rato más.

— ¿Qué piensas hacer cuando termines la universidad?

—Aun no lo sé— le dije mientras terminábamos de estudiar—. Quizás trabaje en algún taller o ponga uno o mejor trabaje en alguna fabrica.

—¿Solo eso? — preguntaba algo decepcionada.

—Honestamente no había pensado en eso, ya sabes, solo llevo dos años en la universidad.

—Y te faltan dos.

—¿Tu qué piensas hacer?

—Pues— dijo dando una ligera pausa—. Seguiré tocando.

— ¿Seguirás tocando?

—Sí, — dijo—. Te puede sorprender, pero soy buena, aunque igual quiero ejercer mi carrera, así que estoy en duda.

—Al menos tienes opciones— dije—. Yo voy a ciegas, casi siempre ha sido así desde hace algunos años.

—Suele ser normal en esta edad.

—Espero que termine pronto entonces.

—Por ahora céntrate en el evento, nos saldrá bien.

—Yo no contaría con mis manos.

—Cuento contigo. Además, si algo malo pasa yo te apoyare como la última vez, sabes que no te dejare solo.

—¿Por qué me apoyas tanto? — pregunte—. Sabes que mis manos no mejoraran, sabes que incluso podremos perder.

—Porque alguien debe hacerlo— dijo —. Debes despedirte una última vez y ya te dije que yo solo quiero tocar contigo.

—Pero después de mañana no volveré a tocar.

—Lo sé, pero quiero que estés seguro que no te gusta tocar.

—Aunque me guste sabes que no puedo, me gusta escucharte tocar, me gusta la música y si fuera por mi seguiría tocando, pero sabes que no se puede, ni con una operación puedo arreglar mis manos.

— ¿Y si se pudiera seguirías tocando? — pregunto—. ¿Eso es a lo que te gustaría dedicarte?

—No— respondí— Seguiría a ciegas.

La última estaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora