La última estación

Capítulo 20: Un brillo entre las notas

Alex

— ¿Segura que está bien que lo hagamos?

—Sí, tu tranquilo, yo te guio de todas formas.

—Pero aun no estoy listo.

—Vamos, yo sé que ya lo has hecho antes, además, sé que eres bueno.

—Quizás hace tiempo, pero ahora no he tenido práctica.

—Vamos, solo hazlo.

—Está bien— dije resignándome—. Pero no me culpes si perdemos.

—No perderemos, además solo es una especie de clasificatoria.

—Perfecto, ¿quieres decir que si la riego ya no tendremos oportunidad?

—Por así decirlo, pero ya estás listo— dijo Eva dándome otras hojas ya terminadas—. Además que si te decía toda la información te hubieras negado de inmediato, y yo creí que lo recordabas.

—Tiene por lo menos cinco años que deje de tocar.

—Bueno, eso explica porque no lo recuerdas, eso se implementó hace tres años.

— ¿Y es este fin de semana?

—Si.

—Vamos a perder.

—No seas tan pesimista, confía en mí sé que lo harás bien.

—Está bien.

Unos días después de la obra de Naye, Eva fue a mi casa para ayudarme con el comic, ya que solo faltan diez páginas y estará todo terminado, pero antes de irse me dijo que este fin de semana tenemos que tocar, no es como si no me agradara, pero no sé si tomarlo como algo bueno.

En cuanto a Naye, al parecer después de todas las funciones que tuvo ese día, se fueron a festejar que tuvieron una buena taquilla durante las primeras semanas. Y en cuanto a las reseñas de su obra, todas eran positivas.

No habíamos tenido tiempo de vernos y ahora incluso no podíamos coincidir para hablar, solo por algunas fotos y videos donde le había estado mostrando como estaba nuestro comic, lo peor es que quizás vivíamos a unos diez o quince minutos de distancia y aun así no podíamos vernos.

—Invítala a tu casa.

—Lo intente.

— ¿Y?

—No pudo.

— ¿Ni siquiera una salida?

—No.

—Entonces está difícil.

—Yo te dije.

—Entonces invítala a tu recital con Eva.

— ¿Qué?

—Vamos, ella dice que eras buena de joven.

—Aun soy joven,

—Si tú lo dices, aunque Nayeli es más joven que tú.

—Solo por tres años.

—Aun así invítala, no te puede poner excusas, tú fuiste a su obra, ella puede hacer un espacio en su agenda para irte a ver, además que no necesitan boletos, ¿o sí?

—No, para este no.

—Entonces invítala, además tú no sueles estar ocupado ese día, ¿o sí?

—Pues al parecer las cosas cambiaron así que no sé.

—Entonces dile que lleve a alguien.

—Primero debo preguntarle a Eva si puedo llevar a alguien.