Alex
Pase de estar sentado solo en un teatro, a estar rodeado de más de veinte personas en una mesa, de las cuales solo conocía a tres y solo le hablaba bien a una. Las cosas podían ir peor, pero igual podían ir mejor. Aunque, aun así, me agrada estar en esa mesa, las bromas eran increíbles y Naye no dejaba de sonreír a cada minuto, para ser el que mandaba a todos en la obra era bastante joven a comparación de los demás e incluso era más joven que yo. En esa mesa Naye reía de tal forma que su risa se me contagiaba.
El resto de la tarde fue entre tacos, alitas y cervezas, algunas bromas y algunos intentos de actuación improvisada por los efectos del alcohol— aunque no estaba seguro si a eso se debía—, pero de no ser por Naye hubiera quedado en medio de todo. Conforme el sol se ocultaba, la mesa comenzaba a vaciarse, después de unas horas solo quedamos diez en la mesa, normalmente si estuviera con Iván y Eva hubiera tomado más, pero en esta ocasión tenía que tomar lo que los demás tomaban, o incluso menos, aunque Naye también se veía nerviosa en ciertos momentos. Pero pese a todo parecía que iría bien, hasta que comenzaron con sus juegos para tomar más, inevitablemente nos vimos en medio, pero después de dos rondas quedamos libres gracias a que comenzaban a marearse.
Nos despedimos de todos y regresamos a casa haciendo algunas bromas, después el ambiente se volvió más ligero que cuando comenzó el día, y no sé si producto de cinco vasos de cerveza combinado con el comentario de Iván, pero tenía algo que decirle antes de que ella bajara del vagón
— ¿Oye Naye, te gustaría salir conmigo? — dije acompañado de un breve silencio.
—Si— respondió mientras me besaba en la mejilla y salía del vagón a toda velocidad
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La última estación
RomansaAlex y Nayeli tienen poco en común, no van a la misma universidad, sus carreras son de ramas completamente distintas, sus trabajos no son similares, incluso sus pasatiempos no parecen ser compatibles. Lo único que tienen en común es un momento de su...