Me acerque con cuidado a la celda para ver que Vegetta estaba herido pero aun despierto, me miro con curiosidad hasta que pase mi mano entre los barrotes tocando su hombro.
-No me hagas daño, por favor- Me dice Vegetta con una voz llena de miedo.
-No te hare daño, sino que te salvare de este lugar.
Miro la puerta para notar la cerradura y con un movimiento de mi mano esta se abre para poder agarrar a Vegetta con cuidado de no asustarlo pues estaba inseguro de si decía la verdad. Me dedique a caminar con precaución para buscar la celda donde estaba Guerra hasta que la vi al fondo de todo, me preguntaran: ¿cómo sabes que era de Guerra? Fácil, había trozos de armadura que el carga. Se ve que no la habían tocado desde que escapo.
-¿Qué estas buscando?- Me pregunta Vegetta inseguro
-Una botella llena de un liquido oscuro- Le digo para abrir la celda entrando en silencio
Me encamine dentro para empezar a buscar entre las sombras pero no había nada o eso pensaba cuando mi vista se va a un hueco de la pared hecho justo entre la cama y la esquina oculto a la simple vista. Me acerque para ver que dentro había una botella de vidrio negro y que dentro había un liquido morado casi tirando a rojizo pero al abrirlo un olor a sangre podrida me golpeo haciéndome toser con brusquedad.
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-¿Qué es eso?- Me pregunta Vegetta para verlo tapando la botella
-Una droga que necesita un amigo mío
-¿Droga?
-Sí, te lo explico después cuando estemos reunidos con los demás
-¿Los demás? ¿Encontraste a Willy, Trotuman y Vakypandy?
-No, solo esa Vakypandy.
En ese momento sonó una alarma que me pone tenso para ver como la puerta de la celda se cerro de la nada dejándonos atrapados, Vegetta comienza alterarse para verlo con cierta seriedad. No le gustaba estar allí. Mire a mi alrededor para guardar la botella entre mis cosas y pensar en como salir hasta que lo escuche: pasos que se acercaban. Mire una ventana y sin mas me fui directo a ella donde me concentre para agarrar los barrotes y empezar a jalarlos hasta que se quiebran para salir por esta cayendo sobre varios barriles. Vegetta me siguió nervioso. Los ladridos de los perros se escuchaban a lo lejos pero eso no me detendría aun. Corrí entre la oscuridad con Vegetta a mi lado hasta que llegamos al patio principal donde me tope con varios soldados que nos apuntaban con sus armas, cubrí a Vegetta para ver a mi alrededor: nos habían rodeado.
-¡Levanten las manos y no saldrán heridos!- Escucho para ver al comandante de la zona que se nos acercaban
-Agárrate de mis hombros- Le susurre a Vegetta para ver que me asistía y se me aferraba
-Les contare hasta 3.
Me prepare pensando que si podría lograr ese movimiento que hace poco me salvo la vida
