Sabertooth

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Sabertooth

Habían entrado. Los tres Dragon Slayer se encontraban de pie frente a las abiertas puertas del segundo gremio más fuerte de Fiore. Varias personas se encontraban dentro, bebiendo, comiendo, o simplemente hablando con las otras con mucho entusiasmo. Reían y discutían amistosamente sobre cosas triviales. Hasta el fondo del lugar se encontraba la barra donde servían bebidas de todo tipo, del lado derecho, escaleras que daban seguimiento hasta el segundo piso donde nadie se encontraba por ahora. Por último, del lado izquierdo, cerca de la entrada estaba la tabla de misiones que podían elegir.

El lugar era enorme, justo fuera del lugar se admiraba una prominente estatua de un tigre con dientes de sable haciéndole énfasis al nombre del gremio.

 -      ¡Es muy lindo! – Exclamó Jill con un brillo de admiración en los ojos. 

 Kira observó todo con detenimiento el lugar y las desconocidas personas, se sentía un poco incómoda al ver tanta gente en un mismo lugar, ella siempre evitaba los lugares concurridos cuando podía. Sting y Rogue avanzaron adentrándose al lugar con una sonrisa de parte del rubio, los demás lo siguieron con entusiasmo, a excepción de Kira que caminaba con lentitud e incomodidad.

 No supo en qué momento todos se habían separado y tomaron diferentes caminos dejándola a ella parada en medio de todos los magos, de inmediato, se encaminó hasta la esquina más alejada y solitaria que encontró y ahí observó todo el panorama.

 Para su suerte nadie le había prestado total atención y siguieron enfrascados en sus asuntos, Kira los observaba con curiosidad, miraba como unos se daban muestras de afecto que para ella eran muy desconocidas. Se cruzó de brazos y se recargó contra la pared, unos cuantos la miraban de reojo preguntándose la identidad de la chica, otros pocos la miraban sin disimular un poco mientras los demás trataban de ignorarla, sabían que tarde o temprano sabrían su identidad.

-      ¡Kira! – llamó Jill yendo hacia ella con una típica sonrisa suya en el rostro. La maga se incorporó y caminó hacia ella para evitar que hiciese un escándalo, sin esperárselo, la gatita pasó sobre ella volando y se posicionó justo detrás. Pudo sentir como le subía la parte trasera de la capucha y le presionaba algo en su desnuda piel, cerca del hombro derecho. Fue tan imprevisto que sintió más curiosidad que cualquier otro sentimiento, para cuando se volteó, Jill mantenía su enorme sonrisa mientras sostenía lo que parecía un sello. – Sin duda te queda más el morado – Kira no entendió para nada a que se refería y antes de que formulara su pregunta, Jill le explicó dándose la vuelta y señalar su espalda que ahora, de un color amarillo brillante, la marca del gremio se hacía lucir con esplendor. – Ya somos miembros de Sabertooth – Dijo con entusiasmo tratando se pasarle un poco de ese sentimiento a su amiga.

 Esta solo la observó con una pequeña sonrisa torcida, se divertía con la felicidad que su compañera gatuna derrochaba, siempre fue así, alegre y espontánea, en muchos aspectos eran polos opuestos.

 -      Bienvenidas a Sabertooth – dijo Lector que apareció de la nada.

 -      Frosch piensa lo mismo – alentó el gatito verde. Los dos Dragon Slayers se acercaron al pequeño grupo haciendo un ligero movimiento de cabeza indicando que pensaban lo mismo.

 -      Después le dirán al maestro que hay nuevas integrantes – comentó Sting.

 -      ¿No debió ser avisado antes? – preguntó con escepticismo. No sabía cuánto poder tenía un maestro de gremio sobre ellos, pero no estaba demasiado dispuesta a recibir órdenes de alguien a quien ni siquiera conocía. No creía siquiera que unirse haya sido correcto, estaba acostumbrada a ocultarse, vivir en el anonimato, sin embargo, Jill le había mostrado cosas buenas al salir a luz más seguido pero mientras se acostumbraba, pareciera que se abrumaría si seguía viendo tantas personas juntas.

Fairy Tail: Dragon Slayer del ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora