[Nombre: Agreste Adrien
Tratamiento: Adicción al sexo.
Edad: 18 años.
Ocupación: Estudiante con faltas frecuentes.
Características: Alto. Piel clara. Atractivo. Muy privilegiado. Básicamente, el tipo de chico que uno diría que es listo pero que debía aplicarse.]
El típico niño adinerado. El pan de cada día de la Dra. Audrey Bourgeois desde que empezó a trabajar en París.
Tan acostumbrada a estos casos, la Dra. Audrey no escuchó a Adrien hablar de lo vacía que era su vida a pesar del sexo, haciendo gestos con su mano y usando el tono perfecto de voz. La Dra. Audrey sabía que todo era un acto.
¿Cómo lo sabía?
La Dra. Audrey, después de trabajar por 15 años ya había dejado de mirar a sus pacientes con entendimiento, ahora los miraba con ojos calculadores, categorizando cada individuo, y Adrien no era diferente. Ella diría que Adrien era solo otro niño con dinero sin nada más que hacer más que perder el tiempo alimentando su adicción al sexo.
Pero también lo sabía por la forma en la que caminaba por los pasillos hacia su oficina: ojos escondidos tras gafas oscuras y expresión seria.
El caso de Adrien, aunque común, era único en su propia forma, pero no le impresionaba.
De cualquier modo, ella no sabía qué hacer con él. Su problema era social, no mental así que no podía darle pastillas. Aunque por otro lado, había estado echándole ojo al nuevo bolso de Louis Vuitton y requeriría de toda la ayuda para comprarlo. Estaba segura que a los señores Agreste no les importaría seguir pagándole, era para una buena causa después de todo.
A mitad de la sesión, los pensamientos de la Dra. Audrey se dividieron entre el diálogo de Adrien consigo mismo y la idea de poner sus manos en el bonito bolso.
La Dra. Audrey anotó dos listas. Una donde colocaba palabras claves de lo que sea que Adrien decía y en la otra donde le gustaba pensar cómo podría terminar Adrien en 10 años. ¿Actor? Quizá, pero nada serio, quizá en uno de esos dramas adolescentes donde actúa encarnando a un personaje más joven que él. ¿Modelo? Bueno, tiene buena apariencia y todo. De cualquier modo, la Dra. Audrey apostaba que terminaría siendo otro manipulador abogado – como dicen, de tal palo tal astilla.
Pero de regreso al acto de Adrien, no fue sorpresa para la Dra. Audrey. Los estudios muestran que los chicos más populares en la preparatoria tendían a ser mentirosos compulsivos y con solo mirar a Adrien uno podía saber que era popular. Aun así, a la Dra. Audrey no le importaba. Concluyó que Adrien era un caso fácil, pero aun esperaba que regresara para que ella pudiera conseguir ese bolso.
Fue solo cuando Adrien dirigió su pregunta a ella que le puso atención. No era la típica pregunta retórica '¿ya sabes?' o '¿cierto?'.
—¿Alguna vez le han dicho que tiene los ojos más hermosos? Podría mirarlos todo el día...
Adrien movió la cabeza y caminó mirando por la ventana musitando que eso era algo que el antiguo Adrien diría y que ya no quería ser más ese chico.
La Dra. Audrey solo recitó las líneas comunes que cualquier psicólogo diría – el común 'Está bien, Roma no se construyó en un día' o algo más simple 'Eres perfectamente normal'. Fue después de una rotación constante de esas frases con otras personalizadas por Adrien que la hora terminó y el chico la abrazó, agradeciéndole por su ayuda. Pero lo que la Dra. Audrey notó fue la forma en la que Adrien sutilmente movió sus caderas contra las suyas en una forma que no podía decir si fue accidental o no, pero antes de que pudiera analizarlo, o siquiera comentarlo, su teléfono sonó y su recepcionista le dijo que su hija quería hablar con ella. La Dra. Audrey no disfrutó la interrupción de sus pensamientos pero lo dejó de lado y le dijo que pusiera a su hija en espera. Antes de poder disculparse por la interrupción, Adrien ya estaba saliendo de la puerta, mirándola por encima de su hombro y diciendo algo sobre verla la próxima vez la siguiente semana, y se fue antes de que ella pudiera responder.
Cuando la mujer tomó la llamada, su hija gritó.
—¡¿Me pusiste en espera, mamá?!
La Dra. Audrey trató de adivinar cuál era el problema ahora.
«¿Alguna práctica le salió mal? ¿El auto se estropeó?»
Las posibilidades eran inmensas.
—Lo siento cariño; estaba con un paciente-
—¡Hay fotografías mías en internet!
—Ok, solo cálmate, cariño. ¿Qué clase de fotografías?
—...donde salgo..., desnuda...— dijo apretando los dientes.
—¡¿QUÉ?! ¿CÓMO PASÓ? ¿QUIÉN LO HIZO?
La Dra. Audrey estaba frenética a este punto.
«¿Cómo pudo su hija hacer eso? Ella era una buena estudiante, aceptada en la ENS ¿y ahora esto?»
Y lo que hacía todo más perfecto era que la Dra. Audrey acababa de sacar un libro el año pasado sobre ser una buena madre.
—Él era tan dulce, y no como los otros chicos de mi colegio. Luego me dijo que soñaba con ser fotógrafo y me dijo que tenía los ojos más hermosos y que podría mirarlos todo el día, y que yo podría ser modelo y... ¿mamá? ¡¿Mamá?! ¡¿MAMÁ?!
El abandonado teléfono yacía en el suelo mientras rápidas pisadas podían ser escuchadas corriendo hacia la ventana de vidrio que daba a la calle del edificio. Segundos después, estuvo golpeando el vidrio gritando vulgaridades al chico de 18 años que quizá ni siquiera podía escuchar lo que decía.
Pero Adrien escuchó un poco, aunque solo fueran los golpeteos. El adolescente giró hacia la ventana del tercer piso, bajó sus gafas de sol un poco, le guiñó un ojo a la mujer y le hizo una reverencia caballeresca, antes de ir a su convertible.
Si Adrien hubiera tenido tiempo, habría tomado uno de los chupetines en la oficina solo para fastidiarla más, pero dejarle saber que un chico puede haber arruinado el futuro de su hija quizá había sido mejor, así que solo se fue por la concurrida calle hacia su casa.
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Crueles Intensiones (Adrinette)
FanfictionSummary: Los juegos son divertidos, buscar la presa, atraparla, conseguirla, desecharla... pero nadie contó con que él sería el atrapado. ☆゜・。。・゜✺ ゜・。。・゜★ Disclaimer: Historia basada en la película 'Cruel Intentions'. Portada hecha por: @KatuSegura1...