1: Espacio.

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Azirafel estaba mirando el vasto cielo nocturno. El espacio. Mil millones de estrellas, unas naciendo mientras otras mueren, Azirafel pensó para sí que la idea era muy triste. Allí en el alféizar, en su pequeña casa con pintas de jardín de abuelita, lloraba silente, pensando en qué se había equivocado.

     Él sentía otro tipo de ensordecedor espacio. Era cruel, maquiavélico, el tipo de concepto que al imaginarlo, sabes que algo está mal.

     Era un espacio vacío en su pecho. Un hueco donde su corazón se quebró en pequeños fragmentos dolorosos. Lastimando la carne sensible, las paredes expulsando sangre a borbotones. Quizá estaba siendo demasiado dramático. Aunque eso no evitó que a su parecer, las costillas de su interior se comprimieran, creyendo por un segundo, que las costillas se levantarían por si solas para hacerlo sufrir más.

     Romper con alguien siempre te deja con un sabor amargo. Y él ya no era tan joven como antes para tener citas. ¡Tenía cuarenta años! Eso de salir a bares era para jóvenes.

     ¿Tendría la oportunidad de encontrar a alguien tan genial como lo fue su ex Gabriel? ¡Ah! No. No.

    Llegó a concluir a una resolución extraordinaria.

     Ensimismado, ignoró el sonido de cosas cayendo.

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Palabras escritas: 204.

Experiencias de un extraterrestre abandonado |Good Omens|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora