28: Sacrificio.

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A Crowley no le gustaba que lo viesen de víctima, su trágica partida del planeta Na valía la pena, ha conmovido a mucha población y tenía fe de que los Na pései nativos lograrían ganar su lucha. No regresar a su planeta parecía un buen sacrificio si con ello conocía a Azirafel.

     Porque, de las miles de personas existentes en el planeta, se tuvo que encontrar con Azirafel, quien al verlo, no trató de retenerlo, le dio completa libertad. Decidió quedarse con aquella joya en un mar de arena.

—¿¡Qué mierda pensabas!?

     Cuando Azirafel se lo llevó de la tienda, Crowley quedó en shock, la imagen que tenía de Azirafel se desmoronaba paulatinamente, la cólera retornando. Hacia mucho que no se enojaba. Después de veinte minutos donde Azirafel gritaba, diciendo que lo pudieron haber atrapado, Crowley dijo—: ¿quieres que me ponga una cadena?

     Entonces, y sólo entonces, Azirafel entró en razón, pálido, tragó saliva.

—¿Eh...?

—Dices que pudieron atraparme, que porqué me salí sin tu permiso. Azirafel, creí que tenía la libertad para hacer lo que quería. ¿O no era así?

—Ah... Sí, pero...

—Me vestí con ropa que me llega al cuello, oculté mis escamas y estaba usando gafas obscuras. Nadie podría hacerme daño. Respeté tu casa, inhibía muchas acciones, porque eso te hacía feliz. ¿No lo hice bien?

—Crowley...

—Dime, ¿no lo hice?

—¡Claro que sí!

—¿Entonces? ¿Por qué? ¡¿Acaso quieres que esté encerrado?!

—¡¡NO!! ¡No, no quiero eso! Quiero que seas feliz aquí...

     Crowley alzó una mano para acariciar el cabello esponjoso del humano, reprimió el impulso y dio tres pasos hacia atrás.

—¿Qué más quieres, Azirafel?

—Yo... Ah...

     Silencio.

—N-no quiero estar solo.

     Crowley le miró, observó el jardín. Los girasoles saludando.

—Yo no soy el remplazo de Gabriel.

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Palabras: 294.

Experiencias de un extraterrestre abandonado |Good Omens|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora