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Una maldita cena social es lo que esperaba en la casa del matrimonio Kim.

NamJoon iba a estar ahí. El mismo le dijo a TaeHyung que se tranquilizara porque JungKook no haría nada contra él.

—Esta noche tengo una sorpresa para ti— habló JungKook, divertido.

TaeHyung quería vomitar lo poco y nada que había comido. Lo único que lo hacía sentir seguro era el traje que le regaló NamJoon. De color negro con bordados del mismo color, el saco lucía bastante bien en él.

Se había peinado con una línea al medio y el rolex que tenía de joven adornaba su muñeca.

—¿No vas a decir nada, señor "quiero el divorcio"?— la diversión manchando su voz.

—No puedo creer que seas así— gruñó TaeHyung.

—Y yo no puedo creer que seas tan fácil. Pero descuida, tanto que deseabas mi polla, tal vez esta noche la tengas —y el coche se detuvo.

TaeHyung se bajó rápidamente del coche y caminó hacia dentro. JungKook se unió a él después.

NamJoon lo estaba esperando con una copa más en su mano y TaeHyung se dirigió hasta él, zafándose rápidamente de aquel toque tóxico. Se sentó al lado de NamJoon, feliz.

—Nam— sonrió TaeHyung, tomando la copa y mirándolo a los ojos —Viniste.

—No voy a perderme una oportunidad para verte... estás hermoso —susurró, chocando sus copas.

TaeHyung ya se sentía en el cielo... ignorando el hecho de que era la primera vez que JungKook estaba observando su interacción.

¿Tan puta resultó ser TaeHyung para andar como perro detrás de un tipo que solo le rompió el culo? ¡Oh! Pero si se trataba de hijos de puta, él era el mejor en ello. Se ganaba la vida siéndolo.

Y, haciendo memoria en las cosas ridículas de su vida, se encontró de que ese día era su aniversario. Debía aprovechar ese momento, obviamente.

Así que tomó una copa y la alzó.

—¡Disculpen! —habló, atrayendo la mirada de todos, incluso de esos dos idiotas —Hoy es un día muy especial para mí, ¿lo saben, verdad? Hoy decidí unir mi vida a la de TaeHyung, mi precioso y fiel TaeHyung— lo miró y le sonrió.

NamJoon frunció el ceño y TaeHyung tragó saliva. JungKook se acercó hasta él y posó sus labios contra los suyos.

TaeHyung liberó sus lágrimas al verlo frente a todos allí, frente a NamJoon...

—Te amo, vida mía. Te amo tanto que daría lo que fuera por ti, lo daría todo— JungKook habló y lo miró como si de verdad sintiera amor.

TaeHyung se levantó de aquella silla y salió corriendo.

JungKook no cabía en su felicidad y salió tras él, NamJoon lo siguió atrás.

—¡Mi amor! —habló JungKook —Por favor bebé, regresa.

—Basta JungKook, ¡Basta, estoy cansado de ti!— TaeHyung se giró y vio a los dos hombres allí.

—¿Por qué mientes bebé?— JungKook frunció el ceño, luciendo verdaderamente confundido.

—¿TaeHyung? ¿Qué significa esto?— NamJoon frunció el ceño también.

TaeHyung caminó hasta él y le tocó las mejillas.

—No es lo que crees NamJoon. Él no es así, JungKook me odia, nosotros no nos amam...— y se interrumpió por la voz de NamJoon.

—TaeHyung...

—No lo digas NamJoon, no lo hagas— rogó TaeHyung antes que aquella voz que estaba matándolo se escuchara.

—Hazlo NamJoon, la cubierta de amante también la tengo ocupada. ¿Sabes cómo TaeHyung gime como loco cuando lo tengo en la cama?

—TaeHyung— NamJoon se escuchaba algo cansado. Y no era para menos.

—Es mentira, nunca lo amé. Te amo a ti— y TaeHyung se tiró a sus brazos y chocó sus bocas.

JungKook se sintió molesto... molesto porque tal vez su cabeza le reclamaba que debía de recibir aquello y no ese estúpido que le estaba dando ganas de ser libre, lejos de él.

—Por favor no te vayas— susurró TaeHyung.

—Anoche me dijiste lo mismo— y JungKook tuvo el descaro de escucharse herido.

NamJoon gruñó y salió de allí, TaeHyung sollozó.

matame lento | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora