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TaeHyung tomó el celular y lo dejó en el buró de su lado de la cama.

—Dulzura— habló Kim, una sonrisa entre dulce y venenoso— ¿Crees que voy a cambiar a NamJoon por una sola noche de ego contigo?— y tuvo la caradurez de reírse frente a él.

—No será solo una noche— gruñó JungKook, colocándose sobre él sobre sus rodillas y manos, quedando cara a cara— No te voy a permitir que repitas lo de este mes.

—¿O qué?— TaeHyung frunció el ceño, solo centímetros separaban sus bocas— ¿Se van a dar cuenta que quien me arranca gemidos dignos de películas porno no eres tú? ¿Qué no eres el tigre que todos creen en la cama?

Y JungKook no pudo soportarlo mucho más. Estampó su boca contra la de TaeHyung furiosamente. Los dedos de TaeHyung rasparon con sus uñas el cuello de JungKook cuando intentó alejarlo.

—Si crees que ese imbécil lo hace bien...— gruñó JungKook, quitándole rápido y algo torpe la camiseta negra de TaeHyung— No me has conocido...

—No quiero hacerlo. —habló TaeHyung, tomando una almohada para golpear con ésta la cabeza de JungKook, el mismo que sonrió.

—Deberías— habló JungKook— Porque no sabes lo que putamente te espera...

El rostro de JungKook desapareció en el cuello de TaeHyung, sus labios besando, sus dientes marcando, dejando marcas rojizas al inicio y otras cada vez menos.

—Aléjate— gruñó TaeHyung intentando quitarlo pero JungKook tomó sus muñecas y lo tiró a la cama para sostener las mismas sobre su cabezas.

Los besos aquellos bajaron a su pecho, aquellos dientes mordiendo y chupando sus pezones. Los besos siguieron bajando y, cuando llegó a su vientre, TaeHyung cerró sus ojos.

—Llama a NamJoon... dile que la pasarás conmigo...— susurró contra su piel, bajando sus pantalones poco a poco.

—JungKook... prometes mucho.. —TaeHyung tomó el celular en su mano y girándose sobre su marido —Y he aprendido mucho en una cama...— TaeHyung hizo que sus torsos se rozaran mientras se incorporaba sobre el miembro que ¡oh, sorprendentemente! estaba duro —Ha montar como los mejores, a chupar como nadie, a dilatarme si tengo que hacerlo... a volver loco a mi amante... —susurró y, cuando TaeHyung se deleitó al ver a JungKook sumido en sus palabras, se levantó rápidamente y salió de allí, encerrándolo en la habitación.

—¡TaeHyung!— gritó JungKook del otro lado y el nombrado no perdió tiempo.

Se vistió con lo primero que encontró y tomó las llaves del coche de JungKook para salir. Para cuando Jeon logró salir de la habitación por haber encontrado una llave muy bien escondida, TaeHyung se había ido.

Su celular sonó, JungKook atendió con un gruñido y escuchó una risa.

Ya no soy el mismo estúpido, JungKook ¿Acaso no te llegó el mensaje que NamJoon me abrió los ojos? Si no puedo tenerte a ti no voy a esforzarme por intentarlo entonces.

—Estás jugando sucio TaeHyung.

—¿No crees que tú lo hiciste conmigo? Durante tantos años, rogándote silenciosamente, acostándome solo en una cama que era para dos. Pero el estúpido TaeHyung solo quería el amor de su esposo el cual se acostaba con zorras. ¿No te parece que eso sí es jugar sucio?

Espero que si tienes algo de consciencia no vuelvas aquí— habló JungKook, apretando su iPhone fuertemente en su mano— Porque en cuanto pongas un pie aquí, tu vida se convertirá en un infierno.

—¿Y crees que sigo teniéndote miedo?— TaeHyung río del otro lado de la línea —Eres solo un hombre JungKook. Solo eso, con mucho dinero... un don nadie con mucho dinero... la mitad de aquello es mío. Somos iguales.

—No iguales— habló JungKook— Tú estás aprendiendo a ser un hijo de puta. Yo ya lo soy, desde antes que nos viéramos cara a cara, ya lo era.

JungKook cortó la llamada y gruñó. Perfecto, nadie dejaba así a Jeon JungKook...

Pero tal vez ese había sido el error de JungKook. Creer que aún no había nacido la persona que fuera capaz de devolverle su propio juego, creer que TaeHyung no despertaría su lado infeliz que también tenía.

Entonces Jeon suspiró y giró sus ojos hacia la habitación en donde TaeHyung dormía.

Y, mientras JungKook hacía lo que estaba en su cabeza, TaeHyung entró al departamento de NamJoon; el mismo que lo recibió elevandolo en sus brazos.

—¿Y? ¿Sucedió lo que te dije? —habló Nam, sonriendo y TaeHyung repartió besos por todo su rostro.

—Absolutamente todo... ¿Hoy lo intentamos en la cocina?— habló TaeHyung y NamJoon mordió su labio inferior.

—Ve a sacarme culo sobre la mesada.

Y TaeHyung se bajó, quitando su sweater para tirarlo por ahí.

matame lento | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora