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Para cuando JungKook llegó, el olor de comida caliente lo recibió.

Frunció su ceño cuando notó que la casa estaba limpia, no había ningún sirviente allí para ellos. Caminó hacia el comedor y se topó con unas manos y brazos abrazándolo desde atrás, su cuerpo se tensó; ¿qué buscaría ahora?

—TaeHyung... ¿a qué se debe ésto?— se lo quitó de encima y se giró para ver a su esposo con una camisa entallada y un pantalón ajustado.

—Hola amor— TaeHyung se acercó y le quitó el saco, luego la corbata— Preparé carne de cerdo. Seguí la receta de internet y estuve a punto de quemar la carne— rió bajo y besó rápido en sus labios.

—No voy a firmarte el puto divorcio— gruñó mirándolo a los ojos.

—No quiero eso— TaeHyung le tomó ambas manos y se lo llevó hacia la silla— Quiero que estés conmigo, que comamos juntos, debes estar cansado...

JungKook sentía su cuerpo rígido, le costaba contenerse para no gritarle, golpearlo o decir alguna mierda por el estilo.

—¿Entonces qué quieres?— JungKook sentía que en algún momento su marido iba a clavarle una espina.... otra después de lo de NamJoon.

—¿Me dejas darte de comer?— TaeHyung se sentó en su regazo y apoyó su cabeza en aquel hombro.

JungKook llevó su mano a la mandíbula de TaeHyung y la tomó duramente.

—Si estás jugando conmigo voy a matarte— gruñó y TaeHyung se recordó que era un hombre herido, acarició aquella mano y sonrió como pudo.

—Te dije que eres mi único amante desde la noche en Los Ángeles— TaeHyung besó aquella palma— Eres mío y yo soy tuyo JungKook.

TaeHyung se acomodó y cortó un poco de carne para llevarlo a la boca de JungKook.

—Abre la boca, prueba lo que hice para tí.

—No quiero.

TaeHyung lo miró a los ojos... era un niño en el cuerpo de un hombre, necesitaba amor... un amor verdadero.

—Bien, lo comeré yo— sonrió Tae y se llevó un trozo a la boca— Le coloqué picante... y salsa... no se... es un sabor rico— TaeHyung volvió a comer y jadeó de gusto.

Cuando giró la cabeza, JungKook estaba lamiéndose los labios, TaeHyung le acercó un trozo y rozó suave sus labios.

—Solo un trozo...

—No...

—Tu estómago hace ruido— TaeHyung rió y besó su mejilla— Por favor...

JungKook gruñó y abrió la boca de mala gana.

—Quiero hacerte el amor... esta noche— susurró TaeHyung— Sé que crees que no existe diferencia alguna pero la hay y quiero demostrártelo.

JungKook miró hacia el plato, sin decir nada, sin hacer gesto alguno, sin querer decir o hacer nada.

—¿Me dejarías?

El silencio se apoderó de todo, TaeHyung notó que poco a poco (mientras pasaban las horas) JungKook bajaba la guardia.

—Las odio.... odio tus palabras— susurró JungKook y TaeHyung lo abrazó como pudo.

—Yo te amo... amo tus palabras y te amo a tí.

Cuando TaeHyung elevó su rostro, unos labios llenos chocaron con los de él.

JungKook intentó tornar el beso apasionado, duro, carnal... pero TaeHyung apoyó su mano en su pecho antes de subirla hacia la mejilla para seguir el beso lento, suave, despacio.

Demás fue para ambos que unos minutos después estuvieran en la habitación matrimonial, TaeHyung sacándole la ropa suavemente, acariciando cada centímetro de piel expuesta, JungKook lo miraba con miedo; atento a cualquier cosa... ¿Por qué TaeHyung no lo notó antes?

—Te amo... dejame amarte...— susurró a JungKook y entonces una mano temblorosa de JungKook se levantó... la mano del brazo reconstruido— Te amo...— acarició aquel brazo, luego el otro.

JungKook sintió que una pared se rompió en mil pedazos mientras que TaeHyung besaba aquel brazo, aquel cuello.

—TaeHyung...— intentó gruñir su nombre sin éxito.

—Dejame amarte— murmuró y le tomó la mano para llevarlo a la cama y sentarlo.

JungKook le quitó la camisa primero, luego (después de vario tiempo) desabrochó aquel pantalón.

Por primera vez TaeHyung fue acostado suavemente en aquella cama en donde había pasado noches enteras llorando y sintiéndose solo, pero ahora no. Ahora estaba acostado suavemente, sintiendo el peso sobre él, disfrutando de aquellos besos en su cuello; acariciando su espalda.

—Amor...— jadeó al sentirlo dentro suyo, después de varios segundos de haber sido preparado.

TaeHyung susurró suave al oído de JungKook.

—Hazme el amor... hagamos el amor... yo no voy a herirte nunca...

Fueron minutos y minutos transformados en horas que TaeHyung fue embestido, besado, tocado, todo aquello lentamente.

—JungKook....— gimió, moviendo sus caderas junto con las contrarias.

—Ah... ah...— la voz de su marido salía ronca, baja— TaeHyung...

Aquellos cuerpos se amaron por un tiempo indeterminable y, cuando llegaron al orgasmo, JungKook escondió su rostro en su cuello.

JungKook estaba llorando... pero esta vez estaba TaeHyung a su lado, abrazándolo, sosteniéndolo entre sus brazos.

—No te merecías nada de eso— murmuró TaeHyung, sus ojos llorosos.

matame lento | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora