Capítulo 29

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Y ahí me encontraba yo corriendo hacia el piso 3 apartamento 225.

No tenía planeado lo que diría o como reaccionaría ella ante mi presencia pero estoy más que seguro de lo que quiero hacer.

Keisy justo iba a entrar al apartamento nuevamente cuando la detengo.

— ¡Keisy! — Mi falta de respiración se notaba.

Tarde un momento en recobrar la palabra ya que me había sofocado al subir tan rápido las escaleras, aunque justo me doy cuenta que no había necesidad de correr. Pero le debía agregar un poco de dramatismo.

— Gabriel — Se gira atónita — ¿Que te pasa? estás rojo — Se acerca.

— No es nada, solo son los 100 escalones que acabo de subir corriendo.

— ¿Qué? ¿Por qué rayos harías eso? — Cuestiona con confusion

— Por ti

Keisy hizo silencio y se quedó de pie con sus pupilas abiertas.

— Su... Supongo que leíste la nota — Tartamudea.

— Si, y por eso estoy aquí. — Enuncio —  Porque todo este tiempo he tratado de convencerme a mi mismo de que te he olvidado...Pero no lo he hecho.

Keisy me dirigía la mirada despavilada sin nada que decir, sin saber cómo reaccionar.

— Keisy, estoy enamorado de ti

No se me hizo difícil sacar aquellas palabras, sentía que las debi haber dicho hace tiempo pero mi timidez me lo impedía.

— Y detesto el hecho de que te tienes que mu...

Keisy había dejado en el suelo aquella caja que sostenía y se acercó con rapidez hacia mi. De pronto, no se dónde estaba ni qué había pasado, pero dentro de mi estómago se sentían mariposas moviendo sus alas.

Sus labios eran suaves como nubes y la emoción que generaban dentro de mi es indescriptible. Moviamos nuestros labios al unísono y así mismo se unían nuestros corazones.

Pero una bocina de auto nos interrumpe el momento.

— Es mi amiga, ya ha venido a buscarme para llevarme a su casa. — Explica Keisy.

— Por favor, no te vayas — Suplico — Sé que tu tampoco quieres irte

— No lo quiero hacer, pero no tengo otra opción.

Una idea se me ocurrió de repente.

— Pagaré la renta de tu apartamento — Sugiero — Y así no tendrías que mudarte.

Keisy me miró con tristeza y siguió insistiendo.

— Lo agradezco mucho pero no podría ser capaz de hacerte eso — Replica — Una sola persona no es capaz de pagar estos apartamentos.

Otra idea se me acababa de ocurrir.

— ¿Y dos personas? — Pregunto esperando que haya captado mi intención.

— Te... Te refieres a... ¿vivir junto conmigo?

— ¡Si! — Aseguro emocionado — Si me mudo contigo podríamos dividir los gastos del apartamento, así como solías hacer.

Una sonrisa de mejilla a mejilla se dibujó en su rostro lo cual tomé como respuesta.

— ¡Bip Bip! — La chica seguía tocando la bocina.

Keisy se movió hacia la ventana que daba paso a la parte de afuera y le dio la noticia a su amiga.

— Ya no me mudaré — Dice en voz alta haciendo que todos los vecinos puedan escuchar.

— ¿Qué? ¿Por qué?

— Me quedaré a vivir junto con el chico del que te conté — Responde

Eso quiere decir que Keisy le había hablado sobre mi previamente.

— ¿En serio? — Pregunta con sorpresa — Te deseo mucha suerte Kei, te llamaré luego entonces.

Su amiga se había ido y Keisy se abalanzó sobre mi nuevamente y unimos nuestro labios en respuesta a la emoción que ambos teníamos y mostrando lo mucho que hemos esperado que esto sucediera.

El chico del panDonde viven las historias. Descúbrelo ahora