CAPÍTULO 36

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Había pasado más de un mes del bautismo de los gemelos.

En ese tiempo, Paula regresó a su puesto en el Rancho la Negra y como acordaron, Rogelio cuidaba de sus cuatro hijos en las mañanas y ella por las tardes. El ritmo de trabajo continuaba siendo el mismo, pero con la unión de la pareja se solventaba mejor y eso les permitía disfrutar más tiempo en familia, (hasta Consuelo y Hugo salieron beneficiados). Todas las tardes, Rogelio y Margarito salían a cabalgar para que el jovencito terminara de tomarle confianza a su caballo, (acompañados ocasionalmente por Paula y Mary).

La escuela que se construyó en las tierras del Fuerte estaba a unas semanas de ser inaugurada. Consuelo, Dany, Mercedes y Paula se dedicaron a entrevistar a los candidatos(as) para el puesto de profesor. Luego de muchos días de buscar, finalmente contrataron a cuatro señoras y un señor perfectamente calificados y con excelentes referencias, (que por la edad habían sido rechazados en otras instituciones).

Desde que Jennifer y Laura regresaron a Estados Unidos, perdieron toda comunicación con ellas. Paula estaba preocupada porque aunque no conocía bien a Jennifer, suponía que había caído nuevamente en depresión. Por tal motivo, le pidió a Rogelio que hablara a la empresa de Edward, pero no lo encontraron. La secretaria les dijo que estaría ausente algunas semanas debido a un asunto personal. Tal hecho les confirmó que sí se había casado, (sólo esperaban que Jennifer no se enterara).

Al finalizar los asuntos en Santa Catalina, Alejandro le pidió a Dany que lo acompañara al D. F. a una cita previamente establecida con el bufete de abogados. Ella aceptó enseguida porque tenía mucho tiempo deseando ver a Alma.

Antes irse, Alejandro paso a hablar con Paula sobre su tía Rosaura, pues era necesario comenzar con los trámites de liberación y quería saber lo que el matrimonio decidió respecto a ese asunto. Aunque Paula quería ir a verla, la corta edad de los gemelos y el trabajo pendiente, no le permitían salir por el momento. Así que le pidió que le entregara un sobre con una carta y un álbum de fotografías, porque lo más seguro era que se negara a volver a la Hacienda y con aquél detalle sentía que podía convencerla. Cuando todo estuvo listo, Alejandro y Dany partieron rumbo a Tuxtla.

Como lo hacían cada viernes Rogelio y Ernesto se encontraban en la fonda de Macaria y Ulises jugando una partida de dominó, (Ernesto llevaba varias ganadas).

Ernesto: (riéndose), ¡Hoy has estado muy distraído!, con ésta ya son cinco veces que te gano... ¿hay algo que te esté inquietando?

R: ¡La mera verdad sí!... en unos días llega mi concuño y aún no sé cómo voy a reaccionar al verlo.

Ernesto: ¡Pues como el buen anfitrión que eres!... ¿o lo que te incomoda es ver a Vanesa?

R: En parte.

Ernesto: Me imagino que te es difícil convivir con la mujer que fue más que tu cuñada ¿no?, sobre todo porque esta situación no debe ser agradable para Ana Paula.

R: (suspira), no se trata de eso, mi incomodidad es por la presencia del tal Ricardo. Ese tipo tiene un pasado lleno de intriga y traición... tú sabes que ya no quiero volver a pasar por cosas así.

Ernesto: No te adelantes a sacar juicios. Primero trátalo, pregúntale las dudas que tienes y si al final resulta ser un sujeto igual a Bruno, pues pídele que no vuelva a San Gabriel.

R: ¿Y qué hago con Vanesa?... al final de cuentas ese hombre es su marido y debe amarlo. No será sencillo abrirle los ojos.

Ernesto: Vanesa no es una niña y entenderá que no le conviene un tipo como él. Además, ¿quién te asegura que su amor por el marido es más grande que el que llegó a sentir por ti?... En lo personal pienso que sí tú le dices que no es buena persona, lo deja de inmediato.

LQNP: HISTORIA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora