Escapando de la realidad (Evan Peters y tu) (TERMINADA)

capitulo 7 - No me sueltes

Estaba sentado sobre la escalera fría y me sentía solo, vacío, con un agujero en el corazón. Junte mis rodillas y me incline abrazándome con la cara escondida, haciéndome chiquito porque quería que me trague la tierra. Sentí como unas cálidas manos me rodeaban y ya no me sentía solo. Levanté la vista y ____ estaba ahí mirándome, seque mis lágrimas rápidamente y ella acaricio mí cara. Me sentía avergonzado.

- No llores Evan, no vale la pena

Me consoló con suavemente, pero no dije nada. Ella seguía sentada a mí lado con su mano acariciando mí cara y solo pude agarrarla y besarla. ____ me siguió y dejo que nuestros labios vuelvan a fundirse en el beso más rico de este mundo. Estire mis piernas dejando que se suba sobre mí y la abrace mientras me besaba. Mierda pensé, estuve viviendo en el puto infierno todo este tiempo cuando el cielo estaba a mí lado, al alcance de mis putas manos. Nos separamos unos segundos y la mire a los ojos mientras le ponía un mechón de pelo detrás de la oreja.

- Esta mal si te pido que no me sueltes?

Pregunté con mí voz entrecortada y algo ronca, ____ negó con la cabeza.

- No Evan, solo pídelo que nunca voy a soltarte.

Contesto tiernamente, con su voz tan dulce y abrazadora.

- No me sueltes _____, por favor

Le suplique y poniendo mis manos en su culo la levanté, ella sonrió e hizo que yo también lo haga.

- Señor Peters a dónde me lleva?

Pregunto con una sonrisa mientras subía por las escaleras.

- Ya te dije lo que pasaba si me decías así nena, así que te llevo a mí habitación.

____ largo una dulce carcajada y se aferró a mí cuello escondiendo su cara en él. Sentía como dejaba besos delicados y húmedos, que afortunado eres Peters... me dije a mi mismo. En cuanto entre en la habitación cerré la puerta y la dejé con cuidado sobre mí cama perfectamente recién armada. Ella sonrió y saco unos mechones de pelo de su cara. Me incline dejando nuestros cuerpos muy cerca y ella abrió las piernas para que pueda pegarme más.

- Estuve pensando en todo esto

Hable y _____ asintió mirándome con atención

- Por un momento pensé en pedirte que todo esto pare, que estaba mal. ¿Pero sabes qué? Quiero seguir ____, esto que está pasando es lo mejor que me pasó en meses y no quiero perderlo. Estoy cansado de perder.

Le confesé sabiendo que podía perder todo, _____ solo me miró unos segundos para después besarme, pero no respondió. Eso me puso algo nervioso

- Yo sé que esto es raro...

____ me interrumpió bruscamente y puso uno de sus dedos sobre mí boca.

- Shhh, me quiero quedar acá Evan, en este hermoso momento para siempre. Y si, yo también sé que todo esto es raro, pero me gustas mucho.

Después de eso hubo un silencio largo mientras nos mirábamos ¿yo le gustaba? le gustaba mucho. Eso me ponía contento y nervioso al mismo tiempo. Toda mí relación con Emma empezó a pasar por mí cabeza, recordando lo mal que lo había pasado, en todo lo que me equivoque. ____ me miraba confundida y se notaba incómoda.

- ¿Qué pasa? ¿Está mal que me gustes mucho?

Pregunto algo apenada, tragué saliva y negué con la cabeza

- No ____, no está mal. El que está mal soy yo y no quiero lastimarte, ni hacerte pasar momentos de mierda, solo es eso.

Me separé de ella y me senté a su lado. _____ se levantó y se subió encima mío, la abrace por la espalda para que no se caiga, ella me sonrió y yo también. Puso sus dos manos en mis mejillas.

- No me importa que estés mal, si es así podríamos afrontarlo juntos, no te dejaría solo y más si también te gusto...

Era tan dulce, nunca nadie me había dicho algo así, estuve solo por tanto tiempo, sin importarle a nadie y como un idiota nunca noté que ella siempre estuvo ahí, desde el primer día. Si hubiese sido por mí ahora estaría destruido, sin trabajo y hasta quizás muerto. Ella todos los días nueve treinta estaba en mí casa, tal vez me levantaba a las diez u once y todo estaba impecable, ordenado, siempre tuve mí desayuno en la mesa o mí oficina, siempre tenía todas mis comidas listas a los horarios necesarios. Si no me despertaba para trabajar ella lo hacía, ella fue la que siempre estuvo para mí y nunca lo noté. ¿Tan idiota eres Evan Peter? Tan idiota que en todos estos años no lo notaste, te odio por eso.
Le regale una sonrisa y ella una a mí.

- Harías eso por mí ____? ¿A pesar de que nunca te di ni un agradecimiento por todo lo que hiciste por mí?

- Haría eso y más Evan, solo quiero que estés bien, no podría dejarte estar mal.

____ se quedó en silencio y a los segundos, lágrimas cayeron por sus ojos. No entendía porque, así que solo limpie sus lágrimas.

- Porque lloras? ¿Qué pasa?

Le pregunte preocupado

- Es que solo recordé algo horrible...

Hablo entre sollozos, ___ no paraba de llorar y no sabía qué hacer.

- No entiendo____ quieres contarme? ¿Qué pasa? Estoy acá para escucharte, sea lo que sea que esté pasando.

_____ negó con la cabeza y empezó a hablar

- recuerdas el día que tomaste muchas pastillas?

Mi corazón se aceleró al escucharla ¿Qué mierda? ¿Porque ella sabía eso?

- Que? ¿Cómo es que sabes eso?

Le pregunte con muchísima vergüenza.

- Yo te encontré inconsciente tirado en el baño Evan y te ayudé, lo primero que se me ocurrió fue meterte los dedos en la garganta para que lo saques todo y te sentiste mejor, pero estabas fuera de sí. Cómo pude te ayudé a darte una ducha y luego te acosté en la cama.

No estaba entendiendo la situación. No recordaba nada de eso, si había tomado pastillas de más y no recuerdo bien que pasó después, solo que al otro día me levanté en mí cama y le agradecí a dios el seguir vivo, creí que me había salvado de milagro y no, había sido ella quien me salvó, siempre fue ella.

- Me estás hablando en serio?

Me sentía tan mal, tenía un nudo en la garganta por haberle hecho pasar ese horrible momento

- Si, solo que después no te dije nada porque al otro día te levantaste como si nada y no emitiste palabra de lo que había pasado. Entonces pensé que no querías hablar de eso.

Negué con la cabeza

- Por qué? Tendrías que habérmelo dicho ____, me salvaste la vida y no pude agradecértelo.

Ella sonrió

- No hace falta que lo agradezcas, el que ahora estés bien me pone contenta.

La abracé fuerte y luego me separé para besarla, en cuanto me separé un poco de sus labios susurré un gracias y la di vuelta para acostarla en la cama.