El regreso a Los Angeles había sido algo perturbante, pues aunque se fueron juntos Martín y Ailím, su retornó al lugar de destino fue por se parado.
Martín esperó por horas a que Ailím saliera de su habitación, para poder así emprender su retorno y quizás tener la oportunidad de excusarse, pero para su sorpresa, ella se había ido en un vuelo de madrugada, con el amigo o amiga, no sabía cómo catalogarlo.
Por lo que vencido y con los ánimos por el suelo, pero también con un humor que ni él mismo era capaz de soportarse retorno a Los Angeles, internandose en su apartamento, el cual lamentablemente le recordaba mucho a ella, en especial su dormitorio, en donde la misma Ailím con sus manos y sus fabulosas ideas lo decoró.
No sabía si eran ideas o realidad, pero su olfato persivia un leve olor a ella... pero aquello no era a perfume, era ese olor natural que cada cuerpo tiene impregnado en si mismo y que él olfateó las veces que la estrechó mientras compartieron una cama.
-Creo que si estoy loco, no creo que ese tipo de olores se queden en un lugar -se dijo así mismo mientras se dirigía hasta el balcón, viendo como caía el día bajo un cielo anaranjado, que para él solo describiá tristeza.
》Ya perdí mi cabeza y el sentido de todo de mi por ti, yo simplemente no se como hacer para conquistarte ¡¿AILÍM QUE ME HACES?! -aquellas últimas cuatro palabras las grito, sintiendo un nudo en su garganta, estaba perdido y derrotado, la quería a ella, pero no sabía cómo acercarse a ella, la necesitaba en todo el sentido de la palabra, pero cuando la tenía cerca actuaba como un tonto, celoso, posesivo, estupido, imbecil.
Irónicamente sintió sus ojos húmedos, cuestionandonse así mismo que no era para tanto, pero se sentía devastado, por lo poco que conocía de ella, sabía que era una mujer triste, insegura, algo escéptica, pero sobre todo blindada.
Y aquello lo sorprendió era algo increíble, él sentía que esa pared que ella usaba constantemente con todos, incluso que usó con él en un principio, la había derrumbado, que le había dado la oportunidad de entrar en su corazón, solo que a una velocidad que él no sabía como caminar y Ailím le pedía pininos.
Martín no era el típico hombre que daba pininos, él no era de esos, toda su vida ha corrido y no es por que esta halla estado llena de crueldad.
Solo que desde que sus padres murieron, siendo él y Maximiliamt muy jóvenes, tuvieron que arreglárselas adquirir responsabilidades de un adulto, hacerse cargo de la empresa familiar, cuando esto era algo que en ellos no era su vocación, sin embargo debían salir adelante, desde que aquello pasó ellos no daban pininos, no caminan, siempre corrían, enfrentándose a todo.
Y ahora se encontraba allí, 《Desaprendiendo para aprender》 pero ya no sabía cómo hacer para acercarse a la mujer que conquistó su corazón con solo majaderías y lo que él llamaba vulgar, ella era de un tipo de mujer que en su definición siempre las catalogó como corrientes.
Pero aquella colombiana, castaña, no era corriente, ni vulgar, era difícil de conquistar y una fácil conquistadora, a un corazón que tenía cupo para todas las mujeres, reduciendolo hoy, a uno que solo tenía lugar para una, su bruja.
Como pudo durmió unas pocas horas en la madrugada, para prepararse y dirigirse a la clínica en donde emprendería un nuevo turno.
Esperaba de todo corazón no encontrarse a Ailím, aunque moría por verla, no sabría como actuar cuando la tuviese frente a él, era una debilidad muy grande aparte de que cuando estaban juntos Martín solo actuaba como un completo idiota.
Dicen que el amor pone a todos idiota, pero en él aquella palabra quedaba muy pequeña como su definición personal.
Esa mañana era una que extrañamente estaba tranquila en la clínica y para quizás su fortuna Ailím no estaba laborando, lo más probable es que ella no quisiera verlo y hubiese pedido permiso para ausentarse.
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ⓁⒾⒷⓇⒺUN AMOR MÁS ALLÁ DE UN PASADO
RomanceLIBRE Esta es mi historia Ailím... Un amor más allá de un pasado. La vida de Ailím se centra en un pasado doloroso y vergonzoso para ella, por lo cual, no quiere que nadie esté ligada a ella, sentimentalmente... almenos no sentimiento de hombre, ya...