INSTINTO DE PROTECCIÓN

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La vida de Ailím no siempre fue dura, sin embargo aquellas acciones que la llevaron a ella y a su familia a rehacer su vida fuera de colombia, la marco para siempre y no hacemos énfasis en seguir una vida fuera de la familia de ellos a los cuales renunciaron, si no a aquellos fantasmas, que aunque ella abandonó, la persiguen día y noche, convirtiéndose en una parte de su ser.


El que aquellas sombras del pasado que siempre permanecían en sus atormentados recuerdos, volvieran a aparecer y esta vez no en sus pensamientos si no por parte de lo más cruel, la había desestabilizado, a tal punto que e sentía deprimida, no tenía ánimos de absolutamente nada.


Por lo tanto, desde aquella madrugada en que había recibido dicho mensaje, no volvió a Hessa, para acompañarla en su apartamento, ella necesitaba su espacio, por lo que se dirigió hasta la intimidad y la privacidad que le brindaba su apartamento.


No sin antes avisarle a Hessa desde el teléfono de su casa, que no llegaría pidiéndole a ella que no le exigiera explicaciones, no quería ver, ni hablar con nadie.


Para su fortuna, el día siguiente no tendría que ir a la clínica, era su día de descanso, por lo que se encerró a un más, a esto le siguieron, dos días más en los cuales llamó a la clínica comunicándose con Orel, en donde se excusó, mintiéndole que se sentía algo enferma, a lo cual Orel le permitió el tiempo necesario para que está, se recuperase.


También se comunicó con su amiga, la cual en medio de la preocupación decidió darle espacio suficiente a ella, esta le enviaba los apuntes de las clases y así, para ponerla al día, de los acontecimientos en la universidad.


Es por ello que mientras Ailím retomaba sus labores académicos, estudiando los apuntes de Hessa, en la comodidad de su apartamento, el timbre de este sonó, anunciando la llegada de alguien, en lo que de inmediato sintió nervios.


Sin embargo se dirigió hasta su puerta, mientras miraba por el ojo de la puerta, extrañandose por la presencia de la persona, que la visitaba, en lo que prosiguió a abrirle, aún sorprendida.


-Hola Ailím -saludo a la aludida, que lo observaba con suma curiosidad -¿puedo pasar?.


-Si claro adelante Orel, perdóname el desorden -claramente no había un desorden, pero dijo la frase como una forma de rellenar el espacio, en realidad no supo por qué lo dijo 《pero ya que》 ya había salido de sus labios -toma asiento.


Orel se dirigió hasta los muebles más cercanos, en donde se acomodó, mientras Ailím cerraba la puerta de su apartamento, al tiempo que se acomodaba frente a su jefe.


-¿Estas bien? -Preguntó Orel algo preocupado por su aspecto físico, ella estaba ojerosa y se atrevía a afirmar que más delgada, aunque Ailím es una mujer con curvas pronunciadas, los bajones de peso, poco se le notaban, sin embargo Orel la vio bastante desencajada.


-Si, es solo lo que te dije, he estado algo quebrantada de salud, pero ya mañana pienso retomar todas mis labores -habló mientras le brindaba una tímida sonrisa.


-Esta bien, ¿te estás preguntando qué hago aquí cierto? -habló mientras Ailím asentía, en un movimiento de cabeza -Ailím, yo amo a Hessa y supongo que ella te ha contado nuestra historia y los errores que he cometido, yo estoy tratando de cambiar, pero como amiga de ella, quisiera saber si... ¿aún tengo posibilidades con ella?


-Orel... yo no creo que sea la persona adecuada con la que debas hablar, yo soy amiga de Hessa, hacer esto me es contraproducente, siento que de alguna u otra manera la traiciono -lo mira algo apenada, sin embargo él le sonríe con algo de ternura -pero no puedo negar que siento admiración por ese amor entre los dos, posibilidades creo que solo el tiempo lo dirá, pero si te puedo asegurar que te ama con la misma intensidad que tú a ella.


ⓁⒾⒷⓇⒺUN AMOR MÁS ALLÁ DE UN PASADO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora