🔥🔥¡LIBRE!!🔥

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Dieciséis días habían pasado y en éstos luego de la decisión de Ailím, de querer probar una vida junto a Martín en ese mundo que la había marcado, habían venido avalanchas de responsabilidades sobre la pareja.

Martín había retomado sus proyectos vinícolas y se preparaba para el más importante FÉNIX y su presentación al mercado.

Por otro lado Ailím había decidido retomar lo que tanto le gustaba la medicina, en la cuál era apoyada por su pareja.

Que aunque había decidido no volver al mundo de la salud, sabía que ella sería su reemplazo en todo el sentido, por lo que esa mañana Ailím recibiría su entrevista después de más de cinco años de inactividad, pero que con Martín había estado repasando muchos puntos importantes.

-Juro que estoy apunto de un colapso nervioso -habló Ailím entrando a la cocina, en donde se encontró a María preparando el desayuno, a la vez que era interceptada por un abrazó de Martín.

》¡No me hagan eso! Más bien demen terapia de abrazos -chilló corriendo hacía ellos que no se soltaban haciéndose los que la ignoraban, al tiempo que ella se hacía un huequito entre los brazos de ambos y se colocaba en el medió, haciéndolos reír a Martín y a su nana María.

-Bueno a sentarse que ya el desayunó está casi -habló María separándose de la feliz pareja, que también la llenaba a ella de felicidad.

-¿Que preparaste nana? -Preguntó Martín, tomando de la mano a su mujer la cuál besaba, para luego ayudarla a sentar frente a la barra americana junto a él.

-Hago unos omelette napolitanos, con capuccino, que ya está por cierto -habló emocionada la fémina, pero aquello duró muy poco al ver la cara desanimada de Ailím -¿no te gusta? -Preguntó con interés.

-No es eso nana -respondió con un puchero, tenía ganas de llorar por que quería otra cosa, además Martín la estaba viendo incesante y eso también la hacía querer llorar.

》Hay un plato muy delicioso que se cocina en mi tierra, se llama mote de ñame, quiero... además ayer vi en una novela una mujer que comía fresas silvestres, ella decía que esas eran más pequeñas que las normales y yo juro que quiero mote de ñame, con fresas silvestres en mermelada de fresa.

Los presentes se miraron perplejos, pues lo único conocido para ellos, había sido las fresas silvestres en mermelada de fresa.

-Amor ¿qué es el ñame? -Preguntó inquietó, por que obviamente él estaba siempre para complacerla.

-Es un tubérculo y no se como se llama en estos lugares o si existe para acá, solo se, que quiero mote de ñame -se le quebró la voz, haciendo que tanto María como su pareja la mirasen sin saber que hacer.

Siendo lo único que se le ocurrió a Martín, fue abrazarla mientras esta hipaba con desespero y frustración.

-Mira te prometo que trataré de conseguir ese tubérculo, pero no llores que me tensó, no se que pasa en sí, pero por lo pronto, tengo afortunadamente aquí en la despensa, mermelada de fresa y fresas silvestres, enseguida te las preparo ¿te parece? -volvió a preguntar María desesperada, viéndola como ella se separaba del abrazo de Martín para asentir con la cabeza y volver a éste, llorando nuevamente por que enserio que necesitaba comer su motecito.

-Está bien por ahora, pero ya saben que es lo que quiero -recalcó, volviendo a separarse de Martín en cuánto sintió el olor de la mermelada de fresa.

Viendo como María colocaba una tasa con fresas pequeñas frente a ella, tomandolas y llevándola a su boca con un deseo que jamás imaginó sentir, se sentía como una niña berrinchosa, pero era lo que necesitaba por el momento.

ⓁⒾⒷⓇⒺUN AMOR MÁS ALLÁ DE UN PASADO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora