Recuerdo

303 23 0
                                    

Era un día bastante común en el hospital en donde se encontraba Anael recostada mientras que Annie le leía el libro que le encantaba «Orgullo y prejuicio». Cuando una doctora entró a la sala.

Hace algunos pocos minutos Anael había salido de un examen por algún problema que tenía y la tenían que revisar.

-Doctora ¿Qué sucede?- pregunto preocupada Annie.

-¿Qué es lo que tengo?- pregunto Anael mientras la doctora se sentaba en una de las sillas de aquella sala.

-Tienes una aneurisma en la orta.- comentó la doctora.

-¿Es grave?- pregunto preocupada Annie.

-Es complicado pero curable.

-¿Operable?- pregunto Anael igual asustada. A ella nunca la había gustado mostrar su miedo delante de su novia, ella era la que siempre se encontraba alegre y ayudaba a todos pero esta vez era Annie la que hacía aquello y Anael sabía que estaba haciendo todo lo que se encontraba en su alcance para pagar todos los tratamientos en un buen lugar para que ella se sanará y le asustaba el hecho de dejarla sola.

-Si, pero no es fácil. Honestamente el porcentaje de riesgo es muy alto, 50% no más.- habló la doctora.

-¿50% de que?- pregunto Annie asustada.

-50% de sobrevivir.

-Pero como.- recriminó Annie.- Todo este tiempo haciéndose exámenes para terminar en algo de suerte.- dijo para nada contenta la castaña.

-Annie mi amor la doctora no tiene la culpa, ella se encuentra haciendo todo lo posible para que salga bien.- hablo Anael mientras tomaba ambas manos de su novia para tranquilizarla.

-¿Cuándo se lo harán?- pregunto Annie luego de calmarse un poco.

-Lo antes posible para no causar más daños.- dijo la doctora antes de salir y Annie soltó un bufido.

-Ve a casa.- le dijo Anael pero la castaña se negó.

-No, debo estar junto a ti y en especial con aquella operación riesgosa. - le habló Annie.

-Si pero eso será mañana, tu ve y descansa para que mañana luego de la operación hagamos lo que podamos.- le dijo Anael y empezó a a convencer a su novia.

-Bien pero mañana estaré aquí y te estaré esperándolo cuando salgas.- le dijo antes de besar sus labios.

══════════════════════════

Annie había llegado temprano al día siguiente junto con un queque que había preparado ella el día anterior.

-Tal vez no me quedó tan rico como los tuyos... - empezó a decir pero fue interrumpida por un beso en los labios de parte de Anael.

-Esta delicioso, gracias por preocuparte por mi y hacer todo lo que esta a tu alcance para que saliera adelante.- hablo Anael y está vez Annie la beso.

-Haría eso miles de veces aunque prefería que saliera de una vez por todas de este deprimente hospital.- comentó Annie mientras observaba las murallas.

-No es deprimente, sólo debes encontrar algún punto de felicidad y concéntrate en ello y extenderlo.- hablo Anael con una sonrisa y su novia dejo un beso en su frente.

-Amo aquello de ti y toda aquella luz que muestras. Te prometo que luego de este examen pintaremos este cuarto para que sea más alegre.- prometió Annie y un enfermero llegó para llevarse a Anael a la operación.

-Me encantaría.- dijo luego de besar los labios de su novia y irse junto al enfermero.

══════════════════════════

Annie se encontraba en la sala de esperas con un chocolate y rosas que le gustaba Anael cuando la doctora salió.

-Lamentamos decirle señorita Hargreeves, pero la señorita Briett no logró sobrevivir a la operación.- aquellas palabras lograron romper el corazón de Annie. Primero dejó caer al suelo aquellos chocolates y rosas, por último cayó ella al suelo mientras se abrazaba mutuamente y lloraba.

La doctora la dejó sola para darle su tiempo pero las lágrimas, lloriqueos y lamentos no se acababan por parte de Annie. La gente que caminaba por ahí la miraba con pena pero era algo normal ahí, la gente moría en los hospitales, era como una propia carnicería en donde la mayoría terminan muertos.

Las lágrimas continuaban y más de alguna enfermera o alguna otra persona se acercaba para poder hablarle y tranquilizarla, le decía que todo iba a pasar con el tiempo pero Annie no quería olvidarse de su dulce, tierna, alegre y divertida Anael Briett, con ella había aprendido bastante sobre la vida. Nunca olvidaría el momento que había decidido dejar la academia por vivir su vida y su vida era Anael, su novia que fue una más de las víctimas del cáncer.

El cáncer era un asesino que nunca iba a pagar por todas aquellas vidas que se llevó.

𝐆𝐋𝐈𝐓𝐓𝐄𝐑 & 𝐆𝐎𝐋𝐃 | 𝐧. 𝐅𝐢𝐯𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora