Capitulo 1

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La vida era complicada y Annie lo sabía bien. La castaña había vivido complicadas cosas en su vida y más aún en la niñez pero luego ya en la adultez tampoco iban tan bien, o por lo menos las cosas habían empeorado hace unos años.

Hace dos años, el segundo amor de su vida fue diagnosticado con cáncer o leucemia, una grave enfermedad. Y casi hace un año, su amor había fallecido, su nombre era Anael Briett.

Era una noche lluviosa y Annie se encontraba en su cama abrazada con una manta de color rosa pálido, era la favorita de Anael y todavía tenía su olor en ella. Estaba viendo una película antigua en el televisión cuando fue interrumpida por las noticias a ultima hora. En ellas daban la muerte del millonario mas excéntrico y solitario del mundo: Sir Reginal Hargreeves.

Annie sorprendida comenzó a cambiar los canales y en los otros también hablaban sobre su muerte. 

Al día siguiente, Annie preparo una mochila en donde guardo algo de su ropa, cosas necesarias y algún recuerdo de Anael. La castaña necesitaba ver a su madre y a Pogo, tal vez sus hermanos también estarían ahí, aunque no tenía tantas ganas de verlos.

Se observo la ultima vez en el espejo, su cabello castaño igual que siempre aunque ahora estaba algo opaco, sus ojos de un verde oscuro estaban rodeados de alunas ojeras y estaba bastante delgada, aquello lo cambio enseguida antes de salir o mas bien las ojeras y le dio algo de color y brillo a su cabello. Tomo el primer taxi que encontró para dirigirse a su antigua casa.

En la entrada se encontró con Pogo y detrás estaba su madre que se encontraba limpiando el lugar.

-Hola Pogo.- dijo Annie con una sonrisa y lo abrazo.

-Señorita Annie, que gusto es volver a verla.- hablo el simio y la castaña le regalo una sonrisa, y se dirigió a su madre que tarareaba una canción desconocida mientras limpiaba.

-Hola mamá.- la saludo pero no hubo respuesta.- ¿Mamá?

-Annie cariño.- le respondió luego de un rato y la abrazo.

-¿Estas bien, mamá?- pregunto preocupada Annie.

-Claro que si. Estas muy delgada, necesita comer ¿Quieres que te haga algo?- pregunto con su típica sonrisa perfecta que a los 8 niños le encantaba.

Annie lo pensó un poco pero termino aceptando, no había comida nada desde anoche.- Claro mamá.

En el camino de recorrer la mansión se encontró con Diego y ambos se abrazaron.

-No has cambiado tanto.- dijo observando a su hermana, ya no era aquella niña dulce y alegre.

-No puedo decir lo mismo de ti.- respondió con una sonrisa y nuevamente se abrazaron. -¿Saben algo de los demás?

-Luther esta recorriendo la casa al igual que Klaus, Vanya todavía no a llegado.- respondió Allison que había aparecido.- Te extrañe mucho hermana.- dijo y ambas se abrazaron.

-Yo igual.

-Esperemos que Vanya no venga, ya no es bienvenida.- respondió Diego.

-Diego.- le reprocho Allison.

-Es la verdad.

-Yo iré a saludar a los otros.- dijo Annie para continuar su caminata. En el camino observo aquello cuadros que tomaban cada año, había desde bastante pequeños en donde salían todos a excepción de Vanya, hasta los últimos en donde salía Annie con Luther y luego el rubio solo.

Annie había sido la penúltima en irse o tal vez la ultima ya que Luther nunca se fue. La castaña había terminado gravemente herida en su ultima misión y de aquel día había adquirido un poder nuevo como le gusta llamarlo. En aquella misión le habían inyectado unos venenos, luego fue salvada gracias al resto de la familia que quedaba en la mansión, pero de alguna manera su ADN o algo similar fue afectado con aquellos venenos y desde ahí puede cambiar su apariencia a la que ella guste. 

𝐆𝐋𝐈𝐓𝐓𝐄𝐑 & 𝐆𝐎𝐋𝐃 | 𝐧. 𝐅𝐢𝐯𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora