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–Gracias por cuidarlos mamá

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–Gracias por cuidarlos mamá.– le dije con una gran sonrisa.

En este mismo momento me encontraba en la sala de mi casa en la cuál vine a vivir junto con mi madre y hermana, que seguramente debe estar en su cuarto echada viendo fotos de alfas musculosos u omegas guapos.

–No te preocupes hijo, sabes que me encantada cuidarlos, aparte– me hizo señas para acercarme un poco–, así me ayuda a sacar a Natsu de su habitación.

Vi como a mi madre se le formó una pequeña risa burlona, cosa que me hizo imitar la acción, hasta que escuché como alguien hablaba mientras entraba a la sala.

–Rajando de mí a mis espaldas, eso duele mucho.– escuché como entraba la reina de roma con un tono algo indignado.

–¡Natsu-chan! Pequeña hermanita, que gusto me da verte.– le hablé con cierta burla, cosa que hizo que girara los ojos.

–Mira quien habla de pequeñeces.– vi como me sonrió igualmente acercándose a nosotros– También me alegra verte Sho-chan.

Cuando ya estaba frente mío me dió un fuerte abrazo, yo alegre le correspondí este, ya que hace tiempo que no las veía a ambas por el trabajo y quehaceres de mi hogar.

–¿Y que te trae fuera de tu cuarto?– seguía con mi tono burlón.

–Bueno, salí a buscar la poca dignidad que te queda– la miré con seriedad a lo que ella se rió–, o puede ser porque...– hizo una pose pensativa– ¡Ah! Ya se. Dos pequeños cohetes tumbaron mi puerta e irrumpieron mi cómoda cama, aplastándome en el transcurso.

Vi como hizo un pequeño puchero, algo adorable a pesar de la edad que tenía, le regale una sonrisa, le removí su cabellera ante su ternura y luego miré a mi madre que con su mirada me decía: "Te lo dije".

–Espera, ¿tumbaron la puerta?– escuché decir a mi madre en todo preocupado.

–Lo digo en forma literal.

–¡AKIHIKO Y AKANE HINATA, ¿DONDE ESTÁN AHORA MISMO?!– vimos como se fue nuestra madre en busca de ambos traviesos.

Hasta a mi me dió escalofríos escuchar gritar a mi madre, parece que a Natsu también.

Cuándo nos quedamos solos simplemente nos dedicamos a reír recordando de paso como nos llamaba la atención nuestra madre hace años.

–¿A dónde iras?– me preguntó un poco más calmada.

–Ah, pues, harán un reencuentro mis antiguos compañeros de preparatoria.

–¿Mm? Pero si me dijiste que ya no te hablabas con casi nadie de ellos.

–No hablo de los de Tokio.– dije con cierta obviedad que sólo yo entendí.

–No me digas que... los viste a ellos, a los del Karasuno.

 𝐵𝐸𝐹𝑂𝑅𝐸 𝑀𝐸 𝐺𝑂 𝐹𝐴𝑅 || ᴋᴀɢᴇʜɪɴᴀ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora