Engaños y mentiras, fueron 2 palabras que probó amargamente de golpe Hinata Shoyo de un momento a otro de las personas que menos esperaba y más confiaba con todo su corazón.
"¿Cómo afrontará a la vida y sus consecuencias mientras cuidaba de dos pequ...
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Ya habíamos llegado a mi departamento, tenía a Hinata aún en mis brazos dormido tranquilamente.
Para evitar inconvenientes lo puse en el cuarto de invitados y le dejé algo de ropa mía en caso si se despertaba y se sintiera ansioso, por lo que sé los omegas en celo cuando no tienen un alfa consigo hacen un nido de las ropas de ellos.
Lo dejé en la cama del cuarto y traté de limpiarle delicadamente el sudor que tenía en la cara para luego salir de ahí y agarrar su mochila.
Abrí el cierre y saqué su teléfono, obviamente estaba bloqueado así que mejor esperaré a que alguien llame, era claro que al menos alguien se preocuparía por él y se lo llevaría a casa.
Esperé una media hora, no escuchaba nada en el cuarto de invitados así que debo asumir que aún no se despierta del todo.
Tenía el celular en la mesa frente mío esperando a la llamada de alguien, hasta que sorpresivamente mis pensamientos fueron escuchados, haciendo sonar el timbre de llamada de su celular.
No me sorprendió del todo quien llamaba ya que la mayoría de nuestros amigos y conocidos no sabían nada de Hinata desde que se fue, así que asumo que las personas las cuales contactarían son su madre y su hermana, que justo en este momento su madre era quién lo llamaba.
Dudé un poco en contestar, sabía lo que pasaría si llegaba a atender la llamada de la señora Haruka, pero tampoco iba a dejar a Hinata en ese estado aquí. Así que rápidamente cogí el teléfono y respondí la llamada.
—Sho-chan, ¿dónde estás?¿Por qué demoras mucho en llegar?— escuché desde la otra línea.
Tragué saliva algo nervioso.
–Haruka-san, me da gusto poder escucharla bien.– palmeé mentalmente mi cara por la estupidez que estaba diciendo.
—Tú... ¡¿Q-Qué haces con el celular de mi hijo? ¿Qué le has hecho? ¿Dónde esta mi Sho-chan?!
–No es lo que piensa señora, lo encontré en la calle en pleno celo y traté de ayudarlo.
—¿Adelanto de celo? Pero- — escuche que se preguntó así misma hasta que fue interrumpida por una pequeña voz— "Abuela, ¿mamá se encuentra bien?"
Esa pequeña voz de una niña la reconocía un poco pero no me acordaba exactamente de quién era.
—Si cariño, mamá se encuentra bien, ahora iré a buscarlo.— escuché que hablaba con la otra persona, ¿A quién se refería por mamá? Tal vez...— ¿Dónde se encuentran ahora?
–Estamos en mi departamento. Hinata está en una habitación separada y yo tomé inhididores para no hacerle nada.
—Está bien, mándame tu dirección.
Le dije detalladamente el lugar en donde vivía, escuché como nada más hizo un sonido asintiendo y luego colgó.
