Los niños al llegar a Beijing quedaron impresionados con su tecnología, su gente, sus costumbre, Aron miraba todo con Asombro mientras Liu se miraba un poco más calmado ante la situación, pero sin dejar de sentir curiosidad por el lugar que a lo mejor era su tierra madre, no soltaba la mano de Guan Shan y presionaba con fuerza cuando se sentía incómodo.
Luego de aquello cada quien tomó un rumbo diferente, el pequeño miraba la mansión y las maravillosa hectáreas verde pertenecientes a su padre, al verdadero, se sentía incómodo la situación de la que le había hablado Mo sé estaba acercando.
Por otro lado los adultos estaban sentados, se miraban fijamente y por sus poros se deslizaba la curiosidad, el odio, el deseo, pero más que todo el amor, aquel amor que empezó en un colegio cualquiera, de un día común, el pelirrojo en cierto punto se lamentaba haber chocado con Jian Yi, de ser para ese tiempo tan pandillero, de ofrecer pelea al rubio, de conocer a He Tian porque ahora estaba experimentado el lado malo que el dichoso amor te brindaba.
—He Tian, tu hijo sabe quién eres, a qué te dedicas, sabe a lo que se va enfrentar, es conocedor que tiene una madre. — Lo miraba con el ceño fruncido, aquel era su mecanismo de defensa para no dejar ver qué por dentro se estaba muriendo.— Hasta aquí llega mi parte, ¿Que más deseas para que me dejes libre? Porque sé que lo de ese tipo es falso.
—No puedo hacer eso, mi venganza empieza Shan, pero si de verdad te quieres librar, por capricho de mi parte vas a entrar en la cárcel. — Sonrió con falsedad mientras iba a su mini bar para servirse un trago. — Serán 5 años, pasan rápido creeme, si te portas bien, quiero evaluar tu capacidad física y mental.
—¿Enserio? Eres tan infantil.. Me das lastima, ya se porque me vas acusar, asesinato, claro o desfalco, también por el apartamento que sin mi consentimiento y con nombre de otro me diste, por engañar a la policía tal vez, o el mejor de todo venta de droga. — Se levantó y camino hasta la parte de atrás del jardín, respirando con dificultad. — Debo dejar de fumar.
Tian cerro sus ojos y fue con el, lo miró, su pelirrojo había cambiado, más alto, mucho más hermoso, un poco más gruñón, sus ojos mostraban fiereza, el no podía domar a ese ser humano libre, por mucho daño que le hiciera.
—Tambien está la opción que te quedes a mi lado, sin decir nada, solo quédate, dame una segunda oportunidad. — Expresó con resignación, el no podía hacerle daño a el.
—Bien, pero como tú amante, olvídate que fuimos novios, que nos casamos, que nos amamos, de ahora en adelante soy solo tu amante. — Se giró con seguridad, esperaba que los dioses escucharán su plan, porque con esa propuesta a lo mejor He se cansaba.
—Bien lo que tú digas, vendrás a mi cuando yo diga, en el momento en que yo diga, a la hora que sea, usarás lo que yo te compre, viajaras conmigo dónde sea. — Afiló su mirada y surgio el veneno. — Un hombre de burdel cualquiera.
—Pero no tuyo, y eso es lo que nunca obtendrás aunque tengas todo el dinero del mundo. — Le respondió con maldad, pero sin dejar de sentirse mal por aquella palabras hirientes. — Solo te pido que el niño no se entere de esto, que nadie sepa que estoy en China, se que para ti no es difícil, y respecto al padre de Cutt de ese bastardo me encargo yo.
Tian presiono el vaso con fuerza, dió un paso hacia atrás y se adentro a su gran mansión, tal vez no lo tendría como el deseaba, pero nunca se le escaparía entre las mano, Mo había firmado su sentencia una vez más.
Liu He comino hasta dónde el pelirrojo el cual estaba sentado en el césped, mirando la luna, este como si fuera un mecanismo sintió su presencia, y le dijo que lo acompañara, algo le decía al pequeño que no volvería a ver al padre que lo crio por un largo tiempo.
—En la vida hay situaciones que las personas no entienden, tu llegaste a mi vida cuando era un chico apenas tenía 18, era policía como te conté, tu papá era mi novio.. Bueno ya te sabes la historia, aquí no hay malo ni bueno— Respiro profundo mientras lo abrazaba. — El te ama Liu, al igual que su esposa después de todo ella te tuvo, así que trata de quererlo, yo fui el barco, más no el final.
—No me importa, mi papá eres tú, eres quien me hace feliz. ¿Por qué me dices esto?. — Su enojo era genuino y se levantó mientras lloraba.
—Me voy Liu, así que compórtate como el hombre que dices ser, aquí lo tendrás todo, casa, familia, dinero, futuro brillante. — Se levantó al igual que el, se quitó los aretes negros y se lo dios en las manos. — De seguro vas a conocer a un chico de tu edad, o dos año mayor que tu, que te llevará por el camino de la perforación. — Beso su frente. — Hazlo sin que te papá se de cuenta.
Caminó al garage dónde saco una moto, aquella que le pertenecia cuando era policía, sus lágrimas fluían como un manantial, se puso el casco y se perdió dejando a los He con un nudo en la garganta.
Acariciaba su nuca con cansancio girando su cuello lentamente, respiraba pausadamente, teniendo a su lado un Te de jengibre y miel, recomendado para el dolor de algunas zonas, frente a el She Li, el cual le daba su espacio personal y estaba callado desde que habían llegado, algo quería decir, lo conocía lo suficiente para saber que quería comentar lo aquello que lo atormentaba.
—¿Siempre te dolerá la espalda? ¿Tienes probabilidades de mover tu mano derecha?— Pregunto neutral.
—Un 10% para mí es suficiente, pero, ¿A qué viene la pregunta? — Lo miró con intriga, un poco sorprendido era la primer vez que She Li se preocupaba por su salud.
—Nada, solo quiero ayudarte, para que cuando veas tu mano recuerdes que pudiste salir adelante, y no que yo te hice daño. — Tomó la cerveza que está a frente a el y brindo sin una pizca de emoción.
—Las heridas físicas sanan, pero las de corazón no, a mi no me duele mi cuerpo, me duelen los recuerdos de como me dejabas un lado por cualquier persona. — Le sonrió con tristeza, mientras se levantaba, recogía sus rizos y se marchaba.
Fue tras el, por impulso, tal vez porque ya no queria seguir así, lo sujeto de la cintura girando su cuerpo, y lo beso en los labios, dejándose llevar por la sensación suave, la humedad, el encuentro entre sus lenguas, Cutt acariciaba su rostro, tantos años, tanto tiempo lejos, Li por instinto culmino el beso pero no para detenerse, fue directo a su cuello dónde dejaba pequeño caminos recorridos con sus labios, hombros.
—Para, por favor. — Se alejo de el con un sonrojo de vergüenza, frustración.
—Disculpa, no era mi intención. — Beso su frente y lo acompaño a la cocina, aquello había dado inicio al primer paso y también le dió a entender que ante el tenía a una persona insegura de si misma y de su cuerpo.
Jian Yi miraba su cabello en el suelo, su cuerpo lleno de líneas rojas, no había una lágrima, su rostro era de completa seriedad, miraba ante el a su familia, padre, abuelo, tío y ahí en ese lugar estaba Xixi, el cual no lo defendió, tampoco lo ayudo o le dió palabras de aliento.
—Tienen miedo, saben que soy el heredero legítimo, y que haré de esta mierda de familia un infierno, saben que mi hijo tiene el poder, por eso le frustra que no lo haya abortado. — De manera automatica plantó su mirada en su padre, el cual siempre vivió asustado por culpa de su abuelo. — Te voy a salvar padre mío de estás bestias, creeme tu nieto está bien con los He. — Sonrió con malicia observando a Zhang Zheng Xi. — Está es la guerra.
Entro al gran salón, traje de tres piezas, bien peinado, rostro alzado demostrando que nadie estaba sobre el, su olor era atrayente gracias a una colonia compuesta por el olor cítrico de la naranja, el dulzor del melocotón, estaba rodeado de mujeres fáciles, hombres del gobierno, negocio, mafia, bandas criminales, y ahí se vieron los tres, Cutt, Jian y Mo.
Nuevamente entraban al juego.
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Cadenas.
FanfictionLa vida Mo Guan Shan y Jian Yi de una giró inesperado, al pasar de estar en una relación estable, un futuro genial, y días de alegría. A un presente dónde el pelirrojo es un policía, Jian Yi es un digno heredero de la mafia y sus personalidades son...