Sentimientos.

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El ambiente era frío, aunque estaba bien abrigado gracias a las múltiples sábanas caliente, sentía unos brazos que con posesividad tomaban su cintura con algo de fuerza, sabía de quién era, anoche estuvieron juntos después de tanto tiempo, saciaron su deseo sexual, aún así Mo desde hace mucho tiempo tenía la costumbre de levantarse temprano, así que con cuidado lo hizo, de nueva cuenta estaba con el ceño fruncido, hizo sus actividades básicas de la mañana y fue con Liu, el cual se estaba vistiendo para ir a la escuela.

—Todo un niño responsable, me gusta. — Alabo con media sonrisa el pelirrojo.
—Gracias papi, es que sentía mucha emoción, tengo una duda. ¿Qué pasó con el caballero y el demonio? — Pregunto por aquel cuento infantil poco reconocido.

—Pues tomaron la decisión de que la magia de la amistad y el amor era más importante que pelear por cosas sin sentido o materiales. — Respondió con tranquilidad mientras ayudaba a peinar a su hijo. — Trata de ser sociable y ten paciencia Liu.

—Lo soy, pero hay niño que son tan malos y superficiales. — Argumento en defensa de su carácter.

—Lo sé, pero ignóralos, ya verás que te harás amigos de niños que jamás pensaste que te agradarían. — Tomó sus mejillas mientras lo miraba, ese chico era su mundo aunque no lo comentará en voz alta. — Gruñón.

—Lo aprendí del mejor. — Sonrió con alegría, solo Shan tenía el privilegio de ver una sonrisa sincera en el, solo en aquel pelirrojo confiaba.

Al llegar a la cocina, He Tian estaba con su mejor mirada de hielo, saludo a su hijo mientras le deseaba la mejor de la suerte, miraba a Mo como si quisiera matarlo, pero era la frustración por creer que había llegado al corazón de Mo, pues había chocado con una pared muy grande al darse cuenta que el Shan no estaba interesado en dormir en sus brazos, en estar con el, en salir juntos o tener un futuro, el desayuno fue en silencio y el momento de ir en la camioneta fue peor, al parecer quien había hecho el papeleo escolar de He Liu había sido el mismo He Tian por ende se llevaba a cabo la primera discusión familiar.

—Yo te voy a llevar hasta el salón, tu padre soy yo, ni Mo, ni Isabelle, ni nadie, yo soy el que hizo la inscripción. — Estaba de mal humor, y su hijo era la viva imagen de su amante, siempre llevando la contraria.

—Yo quiero que sea mi papá, no usted, aún no me siento en confianza. — Expresó levantando su voz un poco, pero sin ofender o con aquella intención.

He Tian lo bajo del auto, el niño como respuesta simplemente se dejó llevar pero sin darle la mano, o estar tan cerca de el, no se sentía seguro y al ver cómo actuó en el auto menos para sentir ánimos de sentir aquello.

Tian lo llevo hasta el salón, entre sus manos le dio un objeto redondo, parecido a una pelota de color negro con pequeña púas de gel, le dio su teléfono para cualquier emergencia.

—Se que no soy Mo ni el mejor padre, pero por lo menos no discuta cuando solo quiero llevarte a la escuela, haré el papeleo para que Mo te venga a buscar y también te traiga, ya veo que no vamos a llevarnos bien. — Se giró y le deseo la mejor de la suerte, aquello le había afectado, pareciera que el mundo estuviera en su contra, era Shan, era su hijo, era su familia, era todo.

Con frustración entro al vehículo, observó a su pelirrojo y ahí pudo entender que nada se tomaba por la fuerza, pero el no sabía expresarse, el no sabía cómo actuar, toda su vida fue así y aunque trataba de ser el mejor con las personas que más amaba siempre terminaba saliendo mal o el como el verdadero villano.
—Liu solo se sentía inseguro, es solo un niño He Tian, debes entenderlo, no es de la noche a la mañana que te ganas alguien. — Trato de hacerle entender, porque sabía en el fondo que aquella acción había lastimado a su chico

—De ahora en adelante tu y el pueden hacer lo que quieran, a mi no me metan, cuando les de la gana y quieran ver más allá de lo que quiero mostrar, me llaman. — Estaba dolido, estaba lleno de sentimientos negativos y no sabía cómo erradicarlo.

Mo solo callo mientras miraba por la ventana, se sentía mal, el pelinegro podía parecer malo, cruel, molesto y hasta intimidante pero sabía que era un hombre que solo necesitaba cariño, y era lo menos que su hijo o el, le brindaban porque como He Tian no sabía cómo hacerlo.

Al llegar a la oficina, el silencio era incómodo, el ambiente pesado y los dos estaban metidos en su pensamiento, uno más que otro, lo que jamás pensó sentir He Tian fue el como Shan beso sus labios suavemente y le decía.

—Perdón porque muchas veces no te comprendo.— Dejo otro pequeño beso y se marchó a su trabajo, Tian era como un niño, solo necesitaba un respiro en brazos de su persona favorita.

Jian Yi sentía su corazón latir de manera dolorosa, palpitaba con dificultad y si lo hacía, al hacerlo dolía, sus pulmones de igual forma era la sensación que sentía al ver la imagen a tan solo seis metro de el, era Zhang Zheng Xi con su familia, llevando a su esposa y su hijo de compras, como una familia de verdad, sin problemas legales, sin problemas de poder, una familia que iba por un simple helado, mientras el vivía en una constante pelea, inundado de tristeza, sin muchas veces poder ver a su hijo, entrenando su cuerpo hasta decir basta para ser fuerte si lo llegaban atrapar, y se sentía morir porque el hombre que disfrutaba de su familia a tan solo varias horas atrás estaba disfrutando del placer carnal, se entregaron como nunca antes, y por un momento el rubio se olvidó que Zhang Zheng Xi tenía una vida, solo al ver cómo Kira sonreía triunfal, como Xixi lo miraba sorprendido y como el niño se aferraba a su padre, supo que una vez más era el contra el mundo, que ya no tenía 17 años y que llorando como un estúpido no iba a solucionar nada, dio la espalda aquellas personas sonrió con tristeza a Quiu y se puso sus lentes de sol para volver a la mansión vacía que era su hogar. De

She Li se miraba relajado, con tranquilidad se encargaba de tatuar la espalda desnuda de pelo corto, el cual estaba un poco intranquilo, pensativo, inseguro como siempre, mirando un punto muerto de aquella sala, el sabía que era mucha paz y que tal vez su padre no estaba muerto, y que junto a ese hombre estaba el causante de sentir asco por su cuerpo.
—¿En qué piensas? — Aquella voz suave, con un toque grave y susurrante preguntaba por su pensamientos.


—En que es mucha tranquilidad, algo malo está por pasar y yo quiero estar listo para el gran golpe. — Respondió con la voz algo temblorosa, al parecer el mal no tenía fin, y el estaba muy cansado para eso.
—Cuando salí de la cárcel, una vez más fui a nuestro apartamento, revise en tus cosas y encontré un papeleo que te indetificaba como paciente XY. — Aquello surgio de un momento a otro, sentía algo de curiosidad, ya que Cutt nunca la hablo de familia.


—No es nada del otro mundo, fue la primera prueba que hicieron, fui conejillo de indias, tuve un tiempo enfermo por eso y dónde se supone que va el bebé, se convirtió en algo que tuvieron que extraerme, dejándome estéril de las dos formas. — Se levantó con cuidado mientras le comentaba que se detuviera, ya le ardía la piel y necesitaba un descanso, otro mal recuerdo y un nuevo secreto descubierto. — Quien si tiene esa posibilidad es Jian Yi, pero tener otro significa alta peligrosidad, es bueno por un lado es un hermoso regalo, pero por otro es un error.

—Yo siempre quise tener un hijo, pensé por un momento que podía tener una familia contigo. — Argumentó con seriedad.
—Estas a tiempo, solo que no conmigo, ya estoy defectuoso en muchos ámbitos. — Sonrió con tristeza mientras se escapaba a la cocina.


—El plan es sencillo, capturamos a los principales herederos de los Yi y He, una vez listo lo cambiamos por nuestra libertad, el chico Cutt y el policía Mo, tengo muchos planes con ellos.— Expresó Feng sosteniendo su costado y sentado con dificultad, sonrió con malicia.


No estaba muerto.

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