Galletas, té y un cabello largo (2)

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El príncipe se empezo a despertar, su cabeza daba vueltas y tenía la mente en blanco, solo podía percibir un delicioso olor a té, luego de sentarse correctamente y abrir sus ojos vio a Robin frente a el.

- Ajam gra-gracias por traerme- esta tan silencioso que asusta, lo descubrió?

Robin le seguía viendo fijamente, pues sus ojos eran hermosos aunque parecían algo sin vida, eran muy familiares.

- ah emm de nada- dijo pausadamente.

El príncipe sentía como si lo desnudaran con la mirada, y ya no lo soportaba.

- ¿podrías no verme tanto?

Eso pareció aver despertado a Robin del trance, pues se levantó rápidamente, se disculpó y antes de salir de la habitación le señalo el té y galletas, luego se fue.

- galletas! Y té!- parecía un niño el príncipe Juan comiendo y bebiendo felizmente.

Luego de llenar su vacío estómago de levantó y apresuradamente empezó a buscar al conejito, lo encontró en su bolso pues este se quedó quieto para no levantar sospechas. El solo movía su nariz y veía al príncipe fijamente. El sueño parecía apoderarse cada vez más del principe dejandolo dormido en un abrir y cerrar de ojos, luego de que el príncipe quedará profundamente dormido el conejito trato de salir de los brazos del principe sin éxito se puso cómodo y empezó a dormir junto a el.

Robin quien avia salido totalmente rojo de la habitación ahora se encontraba dando vueltas tratando de calmar su sonrojada cara luego de un rato entro y vio al chico profundamente dormido dejándole ver la parte tracera de su cuello el cual tenía una pequeña marca, curioso y sin ninguna intención de despertarlo se acercó despacio pero sin ningún avizo puedo ver cómo una almohada volaba directo a su rostro, totalmente petrificado la almohada solo empezó a caer cuando pudo ver un puñetazo directo a su cara el solo callo al piso y volteo a ver al chico que estaba pálido como si hubiera visto ala misma muerte a los ojos.

- per-per- yo lo disculpa es que y-yo y tú llegaste y disculpa -- sus labios temblaban y no lo dejaban articular las palabras, Robin solo tomo esa temblorosa y delgada mano que se extendía para poder ayudarle a levantarse.

Su mejilla se empezó a sentir caliente y no paso mucho hasta que empezará a doler, parece que el shock avia retardado el dolor del golpe?

Para el príncipe las cosas sucedieron simplemente así, el solo sintió como alguien se acercó y sin pensarlo su cuerpo actuó lazo la almohada y mientras sostenía al conejito le lanzó un puñetazo, era sorprendente que no se desmayara supuso que fue por estar medio dormido, pero apenas se dió cuenta de la situación su corazón parece aver dejado de latir, sintió un sentimiento muy familiar que hace mucho no sentía el terror como si fuese a morir un sentimiento que en algún momento sintió constantemente.

- ¿me podría perdonar? Realmente me disculpó mi cuerpo solo se movió y no pensaba hacerlo intencionalmente...- el susto no me deja pensar bien tengo que tratar su golpe me matarán si se dan cuenta que le pegue sin mi disfraz a uno de los "elegidos"

- está bien no te preocupes yo me lo busque por acercarme tan silenciosamente - Robin sin darse cuenta solo acaricio su mejilla, cuando a dió cuenta gracias al rojo rostro de el chico el se empezó a sonrojar y aparto su mano rápidamente.

-em perdón lo hice sin pensar, creo que tenemos algo en común chico misterioso - empezó a nerviosamente reír un poco el algo sonrojado.

- jajajaja ¿que fue eso? No soy misterioso diría sospechoso al fin y al cabo yo fui el que te di un puñetazo y ah actuado extraño- el principe sin pensar solo sonrió alegremente ignorando sus mejillas totalmente rojas pues no era normal que le tocaran así.

- que linda sonrisa - Robin quedó embobado con la sonrisa del chico y sus pensamientos se escaparon.

- ah? gra-gracias - el príncipe no sabía que hacer su rostro una vez más se volvió rojo, cuando le dijo esto su corazón se sentía bien era muy diferente...

Robin no dejaba de ver al muy rojo chico su cabeza se sentía en las nubes pero volvió en si cuando le prestó atención al conejito que estaba empezando a moverse en los brazos de el chico.

- ¿un conejo?- le parecía conocido pero como aún se sentía en las nubes no podía pensar con claridad.

- ah- el príncipe no sabía que hacer ¿le decía algo? ¿Que le decía?

- yo te vi una vez pequeñín, si ya lo recuerdo!- era el conejito que estaba en el lago, eran iguales aunque puede que estará equivocado pero como olvidar a esa pequeña bola de pelos, no parecía ser un conejo normal después de todo.

- ¿encerio? ¿Dónde?- el príncipe volvió a ver al conejito y le dió una sonrisa que el conejito con sus años de experiencia junto al príncipe interpretó como: "¿Dónde te as metido? tu pequeño diablillo, ahora recibirás un pequeño castigo" su pequeño cuerpo temió por un segundo.

- bueno tal vez no sea el - Robin no le podía decir sobre el lago por más que deceara saber porque el conejito estaba con el chico, después de todo no era algo para hablar con un desconocido.

- mmm si tal vez, muchos conejitos se parecen - "te salvaste pequeñín" pudo interpretar el ya muy aliviado conejito.

- bien yo creo que es mejor que duermas, es muy tarde para que andes por el bosque con el pequeñín- decía Robin evadiendo el tema y empujando suavemente al chico hacia la cama.

- me parece bien pero no puedo dormir así ¿me prestas ropa para dormir?.

- si claro creo que podría darte algo de ropa, puedes ir al baño yo te llevo la ropa- luego de decirle dónde estaba el príncipe salió rápidamente con el conejito para poder tener una charla en paz.

- pensé que te avían descubierto, no tenía ni idea de que decir, sabes que no soy bueno con las situaciones muy repentinas... Tenemos que tener cuidado

Continuara...

Robin Hood (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora