🍂Capitulo 5

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Me estremezco restregandome los brazos para eliminar la desagradable sensación que me eriza la piel, intento procesar las palabras que acabo de oír pero mi mente está en blanco.

¿Que fue eso?

Estoy petrificada y mentiría si dijera que no me causó algo de miedo las palabras de la señora que acaba de salir del lugar.

Al pensar en ellas me recorre un escalofrío por la espina dorsal, su sola presencia me causo terror, sus ojos que parecían salirse de sus orbitas y su postura encorvada daba la impresión de cargar con un peso muy grande sobre su espalda.

Me obligo a calmarme, se que en este lugar abundan las personas con problemas psicológicos, y dado que la sala de enfermería se encuentra en el ala de las personas con esquizofrenia de seguro se escapó de su habitación y estaba por allí causándoles terror a los demás, por diversión o quién sabe.

No se como se que clase de diversión.

El doctor Pilman, un hombre de piel olivacea y mirada escrutadora entra a la sala con una carpeta en sus manos, se ubica en una silla giratoria a mi lado y me quita la venda de las muñecas para comenzar a examinarlas. Ante el silencio comienzo a mirar a mi alrededor, todo en el hospital es muy pulcro, las paredes de emergencias son blancas al igual que la mayoría del hospital, está decorado por diversos afiches con datos de enfermería y los rayos de sol se refleja en los vitrales de la ventana causando que en la pared contraria se reflejen colores semejantes a un arcoíris.

- Solo me aseguro que no haya infección y la herida haya sido bien curada - Me explica Pilman.

Asiento y al cabo de un rato una duda asalta mi mente.

- ¿Por qué tanto drama por unos cortes? -musito.

- No es simplemente por los cortes señorita Harrison, uno de los cortes fue muy profundo y pudo haber tocado un tendón y de ser ese el caso tendría que dirigirse a un hospital para realizarle dicha operación - me da toquesitos con un algodón en la muñeca - Luego se abriría un extenso proceso para dirigirla a usted a un manicomio de mala muerte del estado, y aunque su psiquiatra asegura que a pesar de que usted no está del todo bien, tiene mucha esperanzas en que saldrá de aquí, el gobierno no pensará lo mismo y asumirá que es un peligro que este en este internado, o la dirigirán directamente al ala norte.

El ala norte es el ala en donde me encuentro, el área de enfermos con esquizofrenia, demencia y otro tipo de enfermedades que causan que la persona no se percate de lo que hace y corre el riesgo de hacer daño a las personas a su alrededor.

- Aún no se porque piensa que saldré de aquí, y no volveré jamas- murmuro.

- Sus razones tendrá. Los extrañaremos por este lugar, es un buen hombre.

- ¿Como qué lo extrañaremos? ¿A qué se refiere? -pregunto exaltada.

No el no puede irse, es el único psiquiatra que a logrado que me adapte bien a sus terapias, con el que puedo hablar por horas sobre mis problemas, el que me motiva, si el se va mis esperanzas de salir se van con el.

- Oh no, no lo se, es lo que escuché por alli.- emite.

El doctor termina de vendar mis muñecas y se levanta.

-Ahora, espero que esto no vuelva a ocurrir Harrison, ambos sabemos que puedes hacerlo no es fácil pero necesitamos que te esfuerces. - me dice con parsimonia

El doctor Pilman, luego de asegurarse que tomaré mis pastillas contra la infección me permite dormir a primera hora en la mañana me levantan para ir a mi habitacion acompañada de un enfermero.

El laberinto mental de Heather (Subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora