🍂Capitulo 8

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"El universo es un gran cerebro, nuestro cerebro es un gran universo"

leí el encabezado de un articulo ubicado en un papel arrugado en las esquinas que me encontré entre las hojas de la libreta que me regaló el Doctor Rodriguez, mientras una taza de plástico de color verde vomito descansa en mis manos, el olor a hierbas relajantes se filtra en el aire y siento las puntas de mis dedos casi entumecidas debido al frío que se propaga, la nieve pinta el borde de la ventana y y mi odio hacia el invierno crece más y más.

"Diversas tradiciones místicas afirmaban que el cerebro y la galaxia tienen una increíble semejanza, no solo en la estructura si no en el funcionamiento" explica el texto del articulo, me encuentro leyendo plascidamente sobre la teoría que surgio de la tradición mística sobre que la galaxia puede ser el cerebro de un organismo vivo, estoy maravillada con las teorías, que despues de varios años los científicos comenzaron a investigar y explican que las conexiones neuronales y los filamentos de los cúmulos de las galaxias tienen un asombroso parecido.

Al terminar el articulo tomo un sorbo del té de hierbas, el cual ya estaba frío por lo que casi vomito sobre la taza color vomito.

Mi cerebro comienza a procesar la información que acabo de leer y poco a poco las dudas van surgiendo.

¿Será que podemos ser el cerebro de alguien?

¿Y si somos algo incluso más pequeño de lo que pensamos?

Son tanta preguntas las que invaden mi mente.

Siempre es así, después de leer algo que me causa interés mi curiosidad se despierta a mil por hora y comienza a plantearse preguntas cada dos segundos.

Cossette, la nueva enfermera encargada de traerme las medicinas hace acto de presencia en mi habitación, con su uniforme de enfermera de psiquiátrico colorido y su nariz roja como un tomate, debido al frío del ambiente.

Es la única enfermera que utiliza un uniforme de colores, los demás siempre utilizan uno pulcramente blanco, sin ninguna imperfeccion, bastante simple y aburrido.

Pone los antidepresivos en la palma de mi mano para luego darme un vaso de agua -esta vez no color vomito- hasta que su mirada cae en la mesita de noche al lado de mi cama en donde se encuentra ubicada el papel con el artículo que estaba leyendo hace un momento y la taza verde vomito.

-Si, es un asco, da ganas de vomitar incluso antes de ver lo que hay dentro -digo señalando la taza, con la intención de calmar un poco el ambiente tenso que se había formado, su mirada me enfoca y ríe entre dientes, mientras sus mejillas se tiñen de un color rosa.

-Veo que te gusta bastante leer- indica con voz aterciopelada mientras se sienta a mi lado, y entrelaza las manos en su regazo.

-No me gusta leer cualquier cosa, solo cosas que son innecesarias en un futuro, pero que me interesan.-  Asiente con la cabeza.

Mira al rededor fingiendo interés, en realidad no se a que puesto que las paredes se encuentran bastante desoladas.

Yo se que esta haciendo, conozco este tipo de cosas, ella está intentando buscar algún tema de conversación para hablar conmigo pero no lo hace porque es esa clase de persona que piensa que estoy loca y no puedo mantener una conversación decente libre de sarcasmo y llena de fingido conocimiento. Piensa que porque a veces no puedo centrar o controlar mis pensamientos, no puedo actuar algunas veces normal.

-No tienes porque sentirte obligada a estar aquí hablando conmigo, muchas de las enfermeras entran y se van- espeto con la irritabilidad irradiando de mi tono de voz.

El laberinto mental de Heather (Subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora