-¡Vamos Chicos por amor de Dios! Muevan esos pitillos que llamas piernas- anima alexa bamboleando las caderas en el centro del salle de ballon.
Alexa Bramson, experta en bailes latinos, parlotear sin parar por una hora, robar las galletitas de puntos rojos de la señora Vallaunte y usar blusas que podrían escasear la brillantina que queda en el mundo.
Alexa esta haciendo sus pasantías en este hospital psiquiátrico debido a su madre, una enfermera que trabaja aqui y consiguió que la universidad y el hospital lo permitiera, inicio hace aproximadamente 6 meses y desde que cruzó la puerta nadie a su alrededor podía con el brillo que desprendía.
Literalmente.
A pesar de su peculiar manera de vestir y que su verborrea provoque querer arrancarle la laringe, su ánimo y ganas de vivir se sienten en cada rincón del hospital.
Recuerdo la primera vez que la vi, estaba recluida en un asiento junto a Galin quien no paraba de hablar sobre mi escasa capacidad de retención, en ese instante atravesó la puerta como un rayo con la sonrisa más grande que había visto, encendió un estéreo viejo y desgastado que traía consigo, y comenzó a saltar, al ver que todos la miraban con extrañeza, dijo: "¿Me dejaran bailando sola o se unirán conmigo?"
Desde ese preciso momento todos le tenemos especial aprecio, y si alguien se toma la molestia de no quererla, ella se planta en tu vida y se queda allí obligandote a que lo hagas.
Su cabello se pega a su frente por el sudor que emana de ella, y sus mejillas están sonrosadas, pero no pierde la sonrisa y nunca deja de bailar y animar a los demás a que lo hagan.
-¡limoncito no me hagas ir a donde estás tu!- canturrea en mi dirección, mientras sube y baja las cejas, acción que me hace reír.
Ante la mención de su apelativo arrugo la nariz. Me llama limoncito porque yo fui una de las personas a las que se les plantó en frente para obligar a que la quieran y lo logro, porque desde ese entonces mi cariño hacia ella crece todos los dias, según sus palabras, "endulzo mi agrio sabor".
Observo a Patty acercarse bamboleando las caderas y moviendo los brazos mientras su cabello corto se mueve de lado y lado, hoy es viernes, día de actividades recreativas, y alexa se encargó dedirigirlas.
Aun estoy estupefacta por lo que Alexa logro en salle de ballon, hoy trajo consigo unas luces que se encargó de ubicar en las paredes y brillan alrededor de todo el lugar, se siente como estar alrededor de pequeñas luciernagas.
Pegate un poco mas
Te llaman los tambores
Olvida los temores que el tiempo se nos va (mujer)
Pegate un poco mas
Y mueve esas caderas
Mamita cosa buena
Que a mi me pone malLa canción del candente latino Ricky Martín "pégate un poco mas" suena de fondo reemplazando el ambiente lúgubre por uno más alegre y lleno de vida.
-¡Nena pero que canción tan buena! - Grita Patty mientras salta y hace movimientos locos con sus manos, que me sacan una risita.
Me le uno y comenzamos a saltar, intentamos menear las caderas y cuando alexa pasa por nuestro lado nos explica el movimiento, a Patty le sale excelente pero yo soy un caos, segun las palabras de Alex soy muy rígida.
Al cabo de un rato cuando el sudor se nos pega a la frente y las piernas nos piden a gritos descansar, paramos y vamos a tomar un poco de agua.
-Tenia un concepto de hospital psiquiátrico muy distinto a este - me dice Patty tras tomar agua.
- Muchos lo tienen, es normal. Tenemos suerte de tener personas así aquí, el ala norte es muy distinta a esta, no es tan alegre.
Por el rabillo del ojo veo a Alexa acercarse a nosotras, al llegar a nuestro lugar arranca de mis manos el vaso con agua, se lo empina en la boca y toma todo de un solo trago, seca su frente con una toalla para después empujarnos al centro del salón.
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El laberinto mental de Heather (Subiendo)
Genç KurguParedes blancas, un patio estrellado, y un pasado desconocido. Heather Harrison tiene heridas sin sanar, mente confusa y un alma pidiendo auxilio silenciosamente. Y es que, viviendo en un psiquiátrico, ¿cuantos tormentos no tendrá? Continuamente v...