MURASAME

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¡Hola a todos!

¡WOWOWOWOWOWOWOW! Este recibimiento me volvió a la vida. ¡GRACIAS, DE VERDAD GRACIAS POR CADA PALABRA DE ALIENTO! Fueron semanas difíciles, pero espero estar de vuelta por mucho tiempo más jajaja

Espero de corazón que este capítulo les guste. Es cortito, pero va con amor xD

Si hay algo que estoy aprendiendo con este fic, es que escribir sin un conflicto entre los personajes es difícil y temo mucho caer en algo aburrido. Pero el gran problema es que Kita es el puto príncipe perfecto T_T Tener un conflicto con él es imposible. Por eso, ruego que les guste para donde va la historia.

¡Nos vemos prontito!







That moment you know you're not in a sad story. You're alive

Stephen Chbosky - The perks of being a Wallflower


CAPÍTULO 11: Murasame.

Cuando diciembre llegó, también lo hicieron las primeras nevadas del año. Esa corriente helada acompañada de una capa blanca y acolchada, adornando los jardines exteriores y haciendo el tránsito por la acera algo tan riesgoso como un salto en paracaídas. Incluso con las decoraciones navideñas que comenzaban a aparecer tímidamente desde la última semana de noviembre, las calles se sentían diferentes. Como anunciando que ese mes, pasara lo que pasara sería diferente. Y es que, para los estudiantes de último año en Inarizaki, lo era.

Desde el comienzo de ese año escolar, todo tenía un aroma distinto. Algo tan dispar que solo podían reducirlo a una sola palabra: último.

El último avistamiento de sakuras al comienzo de clases. El último festival escolar. El último receso de verano. El último receso de invierno. La última paranoia por los exámenes que creían, no iban a aprobar. El último torneo de primavera. Y es que tanto para Shinsuke Kita, como Oujirou Aran, como Ren Omimi, eso era una realidad.

Cada día transcurrido en clase era una pequeña despedida a un mundo que conocían. Al único que realmente se habían acostumbrado con tan solo diecinueve años o pronto a cumplirlos.

—¿Entonces no van a hacer fiesta?

—No.

—¿Salida grupal?

—No.

—¿Baile de despedida?

—Tampoco, Chizuru-chan.

Los ojos azules claros como el cielo helado sobre ellos parecieron moverse a la velocidad del sonido al parpadear. Llevó la mano libre tras su cabeza, rascándose en pleno acto de confusión. La otra, unida a la de Kita mientras caminaban bajo los árboles nevados por las calles de Kobe.

—No los entiendo —dijo, franca—. Es decir, ¡van a egresar! Nosotros ya sabemos cuántas toneladas de comida vamos a pedir para la fiesta que voy a organizar en mi casa.

Kita rió bajo la bufanda azul atada a su cuello. Los puntos totalmente salidos de lugar daban indicio de las pocas habilidades de su novia para el arte de tejer, pero aún así, había sido el primer obsequio dirigido a él estando juntos. El segundo, después del pequeño zorro blanco que descansaba seguro al resguardo su lámpara en la mesa de noche junto a su cama.

KomorebiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora