12. Insulto

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Pareja: Ninguna.
🚫Advertencia: Lenguaje soez.

Era otro día en la base del Comando Branquias, nada fuera de lo común ocurría. Los agentes se encontraban lejos, probablemente combatiendo en algún lugar de Cromópolis, trabajando o solo desperdiciando el tiempo en sus hogares. Era otro de esos días en los que Jibión y Octovius se quedaban solos, otro día aburrido, lleno de estofado de algas.

O eso habían creído.

Justo al mediodía, cuando Jibión preparaba otro delicioso tazón de estofado en su cabaña, Cuatro y Ocho arribaron a la base. Al principio, parecía sólo otra visita aleatoria, algo que solía pasar cuando algún agente quería saludar o, solo pasar el rato, mientras rotaban los escenarios en el centro de la ciudad.

Jerónimo no presto mucha atención al suceso, ni siquiera se inmutó en salir a saludar, tan solo miró por la ventana a los recién llegados y siguió cocinando. Octovius, por otro lado, miró de frente a ambos jóvenes, únicamente preguntándose que hacían allí aquel día.

El dj sospechaba algo, aunque, ni él mismo sabía que era. Sin embargo, no necesito seguir preguntándose que estaba mal con aquella peculiar escena, la respuesta le llegó automáticamente, de una forma... Poco agradable.

—Ocho, no hagas esto. — rogó Cuatro al octoling, quien se había plantado frente a la inmensa prisión de su antiguo líder. —Por favor. —

Octovius alzó una ceja, confuso sobre la escena. ¿De qué hablaba la pequeña inkling?

Ocho miró al dj, quien le devolvió la mirada, aún confuso. Estuvo a punto de abrir la boca para preguntarle el motivo de su visita, cuando Ocho grito algo que lo dejó helado: —¡Eres un desgraciado! —

—¿...Qué? — fue todo lo que salió de la boca del dj.

—¡Es culpa tuya que todos estemos así! ¡Es TÚ culpa! ¡¿Oíste?! — continuó Ocho, su cara se había tornado roja. —¡Te odio, desgraciado! ¡Todos te odiamos! ¡Espero te pudras en ese asqueroso globo de nieve! ¡¿OÍSTE?! — nadie dijo nada, el silencio pareció invadir el lugar de la nada. Ni siquiera el gran y temible líder de los octarianos pareció atreverse a decir algo, la impresión era muy grande. —Maldito. — murmuró, para luego darse la vuelta y, tal y como llegó, marcharse. Cuatro le siguió sin decir nada.

Octovius observó a los jóvenes marcharse, preguntándose internamente que demonios había pasado.

—¿Me acaba de... Insultar un niño? — reaccionó, al fin.

—Un adulto joven, más bien. — comentó Jibión, emergiendo de su cabaña con un tazón fresco de estofado. —Me parece increíble que no hayas dicho nada. —

—Y a mi que me haya insultado un estúpido mocoso. —

Alguien estaba deshogando su frustración.

Fictober 2020 | SplatoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora