13. Idioma

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Pareja: Agent 24.
🚫Advertencia: Ninguna.

Tres y Ocho viajaban de regreso a su apartamento. Ya era tarde, así que habían decidido tomar el autobús, en lugar de caminar.

La ciudad se encontraba en calma, algo típico a esa hora. Ocho estaba exhausto, por lo que se había quedado dormido en su asiento, con su cabeza recostada en el hombro de su pareja. A Tres no le importaba eso, ya estaba acostumbrado, además, lo que menos quería era que el octoling se recostase en un lugar poco adecuado y terminará cayéndose de su asiento, algo que ya había pasado anteriormente.

El tráfico no era muy pesado, así que ambos arribarian pronto a su destino. Tres estaba a punto de despertar a Ocho para bajarse e ir a casa, cuando escucho al menor murmurar algo.

—¿Ocho...? — el octoling no respondió, solo siguió murmurando algo en un idioma desconocido. Supuso que era octariano, ya que las palabras sonaban similares a otras que había escuchado decir a soldados de la armada de Octovius. —Ocho. — lo zarandeo un poco, hasta que al fin despertó.

El octoling se acomodo en su asiento, estirando sus brazos y piernas. —¿Ya llegamos? — preguntó, mientras abría sus ojos.

—Si, ya llegamos. — ambos le pagaron al chófer y, luego, se bajaron del autobús. Su apartamento estaba a la vuelta de la esquina, por lo que no tardaron mucho en llegar. Ocho estaba a punto de abrir la puerta, cuando Tres recordó el extraño suceso en el autobús. —Hey, Ocho. — el susodicho lo miró. —Estabas murmurando algo mientras dormías. —

El octoling deslizó las llaves en la cerradura, mientras hacía memoria. —¿De verdad? — Tres asintió. —Hmm... — miró al frente. —No lo recuerdo. — Tres se acercó al menor, quien rápidamente abrió la puerta. —¿Qué estaba diciendo? —

—No lo sé, estabas hablando en octariano. — ambos ingresaron al apartamento, mientras Ocho seguía intentado hacer memoria.

—Quizás estaba soñando con esos waffles hechos de caramelo de la otra vez. — sonrió, y volteó a ver a Tres. —O, quizás estaba soñando contigo. —

El inkling se sonrojó y encogió de hombros. La suposición era algo ridícula, pero le parecía realista a la misma vez, por alguna razón. Sea como fuere, le parecía adorable. —O, tal vez soñabas que eras una medusa, de nuevo. —

Ambos rieron. —Tal vez. — dijo Ocho.

Fictober 2020 | SplatoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora