}{Lírico}{
¡Debería reclamar lo que deseo, y tomarte!
Tengo antojo de tu boca, de tu sangre.
Amanezco otro día con mala sangre
y solo pienso en destruir la obra de arte.Sí, tu cuerpo es arte sacro, y magno suceso
que se alza increíble y se deja trastocar,
es dolor que crece y se siente desbocar,
es un mal necesario acunando mi deceso.Me enamoro lento y tú, pasas tan a prisa,
tu mirada es una daga encriptada en mi pecho,
no soporto tu sonrisa con aires de despecho
y se inmola mi bondad en la pileta de tu risa.¿Como te digo que me encanta tu mirada?
Tu voz de mar en caracolas sedimentarias.
Las horas sin tenerte, pasan innecesarias
en tu magnífica soberbia admirada .Las noches fluyen húmedas desde mi piel
y escurren estrellas neón de mi frenético
e inescrutable onanismo, y exudo poético
enjambres de lujuria hambrientas de tu miel.Deseo de un hombre oscuro y sin alma,
deseo que espera mortal en la estancia,
absorto con los efectos de tu fragancia.
En tus labios contritos se ciñe mi calma.Toma mi mano, benevolente querube,
despliega tus alas hechas de polución
y volemos entre cuajos lechosos de nube.
Eres esencia de orgasmo en esta creación.Degenera mi cuerpo desnudo e insípido.
Mi pensamiento se vistió de ternura
y yo necesito la sensación a tortura
de tu cuerpo obsceno, osado e intrépido.Y te reclamo en este momento trágico,
y se hincha mi espada de sangre ordinaria,
brilla a la luz de tus ojos, penetra sanguinaria
y fluyes líquido en este momento mágico.Tu aliento cesa poco poco y abunda
en mis adentros, es invasivo y fatídico,
es un magnicidio de apunte verídico.
Yo soy esperma vertiente y fecunda,
también amor eterno a pesar de la tumba
y tú, juicio carnal de un argumento empírico.Jorge Martínez C.
Autor.