Olvidar Que Eres...

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>{Lírico}<

Se me olvidó el color de tus ojos, de tu pelo,
el color de tu piel con texturas intratables.
Olvidé que mi lugar está cerca del suelo,
y ahora no duermo, nos siento despreciables.

Sigo escribiendo para ti en total oscuridad,
para tocarte con mis manos visionarias,
a veces por rutina y siempre por necesidad,
pero se que estas letras te son innecesarias.

Si pasas por esta dimensión, detente un rato
y entra sin temor, este universo literario
esta en constante destrucción, es un relato
que crece sin cultura y tiembla en el armario.

Es cierto, tengo miedo, y también tiembla
el margen de mi sangre plasmado en la libreta,
es goteo constante de mi alma que retiembla
cuando escribo con la vena que se agrieta.

Y todo es simple y dulce en tus palabras,
con ellas suavizo el café de las mañanas,
ellas son rocío delicado en mis ventanas,
ellas son nubes lloviéndome macabras.

Aun así parece que cantas mi balada,
las tragedias de mis liras que exageran
el volumen de tu bella piel apiñonada.
Es por ti que mis deseos se regeneran.

Me reconstruye el aroma de tu besos
impregnados en el cuello del gabán,
en la copa que aún añora el champán
de tus labios que consienten los excesos.

Lo recuerdo con el tiempo inconveniente,
se me viene a la memoria el ritmo de tu boca,
el desequilibrio agotador  que me trastoca
el alma, y la inspiración se exhibe indiferente.

Me cuesta olvidar que eres muy extraño,
casi tanto como la llovizna del invierno,
aun así, me desnudo y decidido te acompaño,
solo llámame y en tu corazón de nieve hiberno.

             Jorge Martínez C.
                     Autor.

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