#18: La hora

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Katara vio la olla hervir (ella ayudo un poco en eso, usando agua control). Sus dedos comenzaban a temblar de la anticipación. Volteo la mirada hacia el otro lado para ver a Katsuro cortando las verduras, pero tambien lo vio mirarla de reojo con algo parecido a la sospecha. 

Sabiendo que esta era la mejor opción, Katara opto por sonreír y darle un beso en la mejilla, lo que hizo que el chico tambien sonriera y volteara a verla directamente a los ojos. La morena pudo ver como su mirada se transformaba en lujuria pura y eso le dio un escalofrió que le recorrió todo el cuerpo; Sus hombros se tensaron y su respiración se atasco en su garganta. 

Ella no estaba preparada para los besos que Katsuro le robo, cada uno de ellos no eran dulces. El quería hacerlo de nuevo, pero ella jamás lo cedería. 

Katsuro la empujo en contra de la pared de la cocina y la subió encima mientras bajaba la cabeza para besar su cuello.

Katara comenzó a desesperarse.

Los horribles besos continuaron por parte de el. Y ella se dio cuenta que el estaba distraído, era el momento perfecto de actuar y lo hizo.

Le hecho un vistazo a la olla con agua hervida y con un movimiento decidido de su muñeca, creo un hilo grueso de agua que golpeo el costado del chico a en frente de ella. Haciendo que este gritara del repentino dolor y se apartara de ella e instintivamente cubriera sus ojos.

Katsuro:- ¡¿Que mierda hiciste?! - Grito y Katara pudo sentir la furia en sus palabras. Era hora de escapar.

Ella giro sobre su eje levantando uno de sus pies para golpearlo con el talón lo cual sirvió de manera perfecta, desestabilizándolo y haciéndolo caer. La morena aprovecho para salir corriendo del lugar. Escucho los pasos fuertes de Katsuro mientras ella corría por el pasillo. Miro la mesita y la tumbo junto con el jarrón. No volvió a mirar atrás.

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El día había empezado hermoso para ella. Amaba la costa de Ciudad Caldera. Venir todos los mediodías era relajante; Escuchar el agua arrastrar la arena... caminar descalza... Sentir a alguien golpear duramente la arena... Esperen, eso no estaba en su rutina.

Volteo la mirada y vio a una joven tirada en el suelo, intentando levantarse.
Su ropa estaba rasgada, tal vez por las ramas de los árboles.
Su cabello sucio y despeinado y su aspecto en sí, lucía como que no había tenido una buena alimentación mucho tiempo.

Con toda la rapidez que pudo obtener de sus viejos y cansados huesos, corrió hacia la adolescente agonizando.

Cuando se acerco, inmediatamente se agacho y sacudió a la chica.

La chica, en si, tenia una piel blanca. Sus ojos eran caídos y sus labios eran finos y delicados. Tambien los pómulos se le marcaban. Su cabello era de un rubio tirando a castaño. Era delgada y con mucha cintura. Era una chica bonita.

La anciana tomo su pulso y reviso sus "heridas". Su pulso era rápido y fuerte, lo suficiente para atribuirlo a la agitación de la carrera que pareció tomar. Y sus heridas, en realidad eran rasguños que las ramas afiladas le había causado.

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Katara corrió, buscando desesperada algún rio, o algún lugar donde esconderse. Volteo la cabeza y se dio cuenta que ya no podía ver a Katsuro. Sin embargo, seguía escuchando los gritos de  el, pero eso de cierta forma la aliviaba, porque sabia que estaba muy lejos de el.

Dolor..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora