Burbuja y realidad.

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Flavio

Abrí los ojos con dificultad, tenía un dolor de cabeza inhumano, no pienso volver a beber tanto, me repetí una y otra vez, me iba a girar cuando noté unos brazos rodeándome la cintura y entonces recordé todo, como la rubia se abalanzan, como se puso celosa, como estuvimos horas seguidas haciéndonos el uno del otro y una sonrisa me inundó la cara, me sentía feliz, me sentía vivo, me sentía completo, sentía que estaba en una burbuja de la que no quería salir.

Samantha empezó a moverse, y flavio no podía quitar la mirada de su cara, podía jurar que era la mujer más guapa que había visto nunca, y es que para ser sincero llevaba toda la vida imaginándose esto, y ahora se estaba haciendo realidad, el miedo lo invadió, le dio miedo que esto fuera otro sueño tan real como el del día anterior y no supo que hacer para saber si esto era real, hasta que la chica abrió los ojos y le sonrió escondiéndose en su pecho. Y ahí cuando su corazón empezó a latir de una forma tan nerviosa como nunca lo había echo fue cuando fue consciente de que esto era real, probablemente lo más real y más bonito que había vivido nunca.

-Buenos días fla- dijo sam dándome un beso lleno de dulzura.

-Buenos días samanthi, como has dormido?- la rubia al escuchar ese apodo se derritió, así la llamaba cuando eran pequeños y sintió que el corazón le saldría por la boca.

-Genial, podría acostumbrar a esto- fue lo último que dijo la rubia antes de levantarse de la cama con la camiseta del chico y ponerse los zapatos.- tengo que irme fla, hoy tengo una reunión con mi representante, pero si quieres cuando acabe puedes venir a casa a comer.

Flavio sonrió como un chiquillo y la abrazó por detrás diciéndole las ganas que tenia de que fuera ya la hora de comer para volver a verla, por su parte Samantha soltó una carcajada y emprendió el camino.

Samantha

Hacía tiempo que no estaba tan feliz, sentía que las cosas empezaban a irme bien, que podría estar tranquila y eso me llenaba de paz, la mañana paso realmente rápido y cuando me quise dar cuenta estaba aparcando el coche en el garaje, y ahí estaba el, mirándome, sonriendo, y como se mordió el labio mientras sonreía.

-Holaaaaaaaaaaa- le dije a Flavio mientras lo abrazaba.

-Hola bonita mia, como te a ido el día?- me dijo flavio cerrando la puerta detrás de mi.

-Pues muy bien fla, que te apetece comer?

-Sorpréndeme- dijo Flavio sonriendo.

Decidí hacer un risoto y saqué una botella de vino, la más cara que tenía Alberto en la bodega, sabía que iba a matarme por esto, pero me da igual.

La tarde paso rápido, estuvimos horas riendo sin pensar en nada más que nosotros, hasta que la puerta me sacó de mis pensamientos.

-¿Mamá?- dije sorprendida

-Cariño como estas, e leído lo de Alberto lo siento tanto...- dijo mi madre pasando al salón, su cara se quedó pálida y miró a Flavio dormido en mi sofá con los ojos como platos- que hace flavio aquí? Que esta pasando?

Mi madre estaba blanca mirando a Flavio dormir, tenía la mirada perdida y un sudor nervioso empezó a salirle, no se que pasa, no se que cambio, porque flavio era como un hijo más, pero hoy era el día de saber la verdad, hoy era el día de saber todo, y nada ni nadie iba a impedir eso.

Me acerqué a Flavio y le acaricié la cara, el sonrió y beso mi mano, pero cuando abrió los ojos y vio a mi madre se quedó en shock.

-Hola flavio- dijo mi madre casi llorando

Inesperado / Flamantha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora