9 de Octubre

3.2K 404 31
                                    


-Muere maldita escoria.

Un zumbido iba y venía por mis lastimados oídos.

-Muérete de una puta vez.

Ya no sé cuanto tiempo pasó desde que empezó el infierno, mi castigo.

No se si días, horas o semanas, mi mamá me trataba como un animal.

No... estoy seguro que un animal es tratado mejor que yo, yo soy un harapo, una sucia mierda que manchaba el nombre de mi madre, es mi culpa haber existido por tantos años.

Es mi culpa.

Si tan solo me hubiera matado antes, Kacchan no estaría muerto, mamá no estaría tan mal, todos serían más felices, nada de esto me estaría pasando.

No tenía voz, ni si quiera fuerza para llorar, aquellas energías ya se habían acabado por gritar frenéticamente por su cruel tortura de arrancarme las uñas.

Es mi culpa, mamá está molesta por mi culpa, si tan solo no fuera tan débil, si tan solo me hubiera dejado matar por ese villano.

No... si no hubiera nacido, mi papá no hubiera abandonado a mi mamá, no habría pasado nada malo.

Sentía que la muerte me abrazaba, sabía que no sobreviviría nada más, mis oídos dejaron de funcionar, el dolor ya era un adormecimiento, los ojos ya no veían nada, ni un suspiro salía de mis labios.

Pero la inusual y horrible falsa compasión de mi madre me dejaba con vida.

Me dejaba sufrir a propósito, me hace vivir solo para que el sufrimiento no termine nunca.

La odio, la odio tanto, no hay nada que odio más que me deje vivir.

Me dejó en el frío suelo, me tapó con una manta y se fue a comprarse ropa.

Me dormí por tanto cansancio, al despertar me podía mover de nuevo, levemente, podía arrastrarme, mis orejas tenían cortes y pedazos que aun no se desprendían por completo, tenía quemaduras leves por todo mi cuerpo, mis dedos descubiertos dolían como en el infierno, ahora que recuperé la conciencia siento punzadas por todo el cuerpo, dolía, ardía.

Me arrastré por el suelo, infestado de suciedad y manchado por mi sangre seca.

Me sujetaba como podía de lo que estaba frente mío, dolía, pero al arrastrarme llegué a la puerta.

Me hinqué como pude para poder abrir la puerta, pero me puse helado al ver que estaba cerrada con llave, no podía abrirla, lo intenté una y otra vez, necesitaba un aliento, una esperanza.

Pero me rendí, no había ninguna otra llave, no tenía ninguna otra, así que me dejé caer al suelo, la ventana estaba con un seguro con llave que también tenía mi mamá, pero si podía romperla iría a la policía y escaparía de este infierno. Buscaba en la basura con desdén, enterrándome vidrios rotos y otros objetos punzantes en mis desprotegidos dedos.

No encontré nada que me sirviera como llave, pero sí, unos objetos pesados, hechos de metal o de madera, los tomé como pude y los tiré a la ventana una y otra vez, cada maldito intento me estaba haciendo sentir más y más nervioso.

¿Y si llega mamá? ¿y si no me creen cuando vaya a la policía? ¿Qué haré si me intentan matar?

Mi mirada borrosa hacía lo que podía para sujetar los mismos objetos decorativos y golpearlos contra el vidrio, mis débiles brazos no podían hacer nada de fuerza, ni si quiera puedo pararme.

Pero por un milagro la ventana se rompió casi completamente.

Como pude me levanté y pasé una pierna sobre los vidrios, pasó casi sin complicaciones, y me balancee para tirarme hacia afuera.

Al sentir los vidrios cortar mi magullada piel y el golpe del suelo abrí los ojos, dejándome apreciar que era de noche, y no había nadie más en la calle.

Me pude mantener en pie por unos momentos y di dos pasos para perder el equilibrio, y caer nuevamente al suelo. Pero no me rendiré, con esta tortura me di cuenta, quiero vivir, Kacchan hubiera deseado que me librara de ese demonio.

-Debo... ir por... policía.

No podía decir frases completas, mi garganta estaba rota y el dolor y cansancio no me dejaban tampoco.

Me arrastraba y con el tiempo, y estar en la otra calle,  me hicieron por fin gatear y pararme como es debido.

Caminé por un largo rato y el hambre no me dejaba en paz, cuando por un arrebato de locura empecé a buscar entre la basura de una casa y encontré restos de comida.

Comía, era asqueroso, pero mi estómago dejó de rugir.

Volvía al camino para ir a la policía.

Que por obra del destino unos policías estaban patrullando.

Pararon en seguida al ver a un joven lleno de sangre seca en un estado cercano a un zombie.

 Sonreí esperanzado, y intenté acercarme a ellos.

-Oye oye oye, aléjate, chico ¿Qué mierda te pasó?

-Mi.. mamá me.. tortura, necesito.. ayuda.

Me miraron confusos, y uno de ellos me dejó entrar al auto, me dijeron que anotarían y investigarían el caso mientras hacían eso me llevarían a un hospital para un chequeo de todo lo que me ha hecho esa... mierda.

Nunca había tenido tanto valor en mi vida, nunca me había sentido tan feliz de seguir con vida.

Es hora de un cambio, ser un quirkless no me atará al sufrimiento, ¿no?

Eterno [shigadeku/tomudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora