9 de Septiembre

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Caminaba, el aire golpeaba mi rostro, el cual sentía que se destruía como una cáscara vacía.

Estoy consciente que mi mirada estaba muerta, estoy consiente que estoy enfermo.

Las visiones, sonidos, sabores y sensaciones me invadían por momentos, unas cuantas veces me encontraba a mi mismo golpeando a alguien completamente desconocido y me iba corriendo para que la policía no me alcanzara.

Había pasado 2 años viviendo en la calle, el verano era lo peor, más que el invierno.

El calor me volvía loco, me trastornaba, las ilusiones se hacían reales con más facilidad, y me costaba saber si estaba en la realidad o en un sueño.

Miré al cielo, hoy estaba nublado, el viento era fuerte, veía como el atardecer tragaba mis lagrimas falsas.

Ya no sabía llorar, ya no tenía nada que derramar, ya no sentía felicidad, solo una tristeza placentera.

Una falsa tranquilidad, un dolor tenue, que volvía por momentos a ser la agonía más insoportable.

Me siento arrepentido, pero a la vez tranquilo.

Sabía que no me estaban buscando, sabían que como soy un quirkless no sobreviviría, habían villanos por doquier, me tocaron, me golpearon, me dispararon, me utilizaron.

Pero en cada una de esas experiencias sobreviví.

Y me dejaron irme caminando por donde vine, sin pelear, sin dolor, las marcas en mi cuerpo ya no significaban nada para mi.

Solo me queda suspirar, y ver como la noche caía sobre mis hombros.

Mi cabello tan despeinado y horrible combinaba con mis ojeras, piel pálida y brazos esqueléticos, mi mirada vacía y mi expresión sombría demostraba a cualquiera que me vea que ya no tenía nada que perder.

Caminaba por fuera de una librería y se me ocurrió una idea.

Cuando no tienes nada más, solo te queda aferrarte a lo único que tienes.

Y yo me aferro... a mi pasado, contaré mi historia, ya sea útil o no.

Me acercaba lentamente a una librearía cercana de esa calle, robé una libreta limpia en el basurero, estaba mal impresa, pero estaba completa, me la llevé y conseguí varios bolígrafos en mi recolección diaria.

Entonces corrí hacia un lugar solitario pero con luz, y un parque llamó mi atención.

Habían unas farolas, que iluminaban las páginas mal impresas y sonreí.

Una sonrisa vacía y rota.

Mis manos empezaron a escribir, todo, desde que nací, las razones en las que mi padre nos abandonó, los abusos, el dolor, todo.

Todo...

Y mis sentimientos revividos por los recuerdos me volvían a la cabeza.

El aire contaminado, el humo, las cenizas entrando por mis fosas nasales, me quemaban por dentro, las llamas hacían que mi estómago regurgitara mis tripas.

Otra alucinación más me invadía.

Vomitaba gusanos retorciéndose que caían sobre mi cuerpo mordiendo mi cuerpo y entrando por la carne, mis tripas estaban podridas, intentaba sacármelas del cuerpo, mis vísceras se sentían tan rasposas, estaban asquerosamente pútridas y secas, como si estuvieran disecadas, me sentía tan enfermizo y asqueroso.

Mi cuerpo se veía mordisqueado, le faltaban pedazos y la carne olía horrible, me daban más nauseas y vomitaba de nuevo, mi interior volvía a quemarse y no fue hasta que escuché una explosión cercana que recobré la conciencia.

Miré y así los recuerdos dolorosos me invadían, hace años que ataques terroristas o de villanos quemaban partes de las ciudades.

Digo ciudades porque yo al tanto vagar he estado alrededor de 4 ciudades.

Suspiré y miré al cielo, contaré todo, desde cero.

Desde cero.


Eterno [shigadeku/tomudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora