Eterno [shigadeku/tomudeku]

17 de Agosto

Me encontraba nuevamente leyendo las páginas sucias y cuidadas con desdén, mis ojos otra vez tenían esa incomodidad que volvía cuando leía esa libreta.

Me pasaba los ratos libres leyendo las páginas una y otra vez, suspirando y sintiendo un nudo en el estómago.

Aunque terminaba la libreta, la volvía a leer desde el principio, las imágenes en mi mente cada vez eran más detalladas, y el joven de cabellera verdosa no dejaba mi mente tranquila.

No, su nombre es Midoriya Izuku.

-Joven Tomura deje ese trozo de papel viejo y céntrese en descansar.

Kurogiri dijo preocupado por mí.

Suspiré y lo miré con una cara de pocos amigos.

-Deja de joder, yo hago lo que quiero.

Ahora el suspiro lo llevaba él.

-¿Cuando crecerá? Ya tiene 23 años y no logra comportarse como tal.

Solté un gruñido molesto por sus palabras, no importa si me comporto como tal, soy útil y poderoso.

Útil... miré la libreta nuevamente.

"Todos me decían inútil... pero ¿Qué es inútil?"

La pesadez volvió a mi ser, me acomodé en los sofás y volvía a abrir la libreta.

"Inko Midoriya" 

Sentía como me hervía la sangre, por alguna razón la tranquilidad de mi mirada se volvía una tempestad al leer ese nombre.

Será por que sé que es ser abandonado, pero... no, el chico sufrió mucho, mucho más que yo, mucho más de lo que yo he sufrido en mi vida.

Un sabor amargo me invadía, el olor a alcohol no era el que producía este gusto.

Era que... ahora que conocía su historia... quería conocerlo.

Me levanté del sofá y me fui a mi habitación, cuando pasaba por la puerta oí que Toga, Dabi y Twice habían ingresado de la expedición que les encomendaron.

-Tomura-chaaan~

La ignoré y me fui directamente a mi habitación, era realmente muy molesta, al entrar allí me esperaba una cama, y el resto eran armas y cajas de municiones.

Me senté en ella y leía nuevamente algunas páginas que me llegaron a mi... ¿corazón?

Mi rostro se retorcía, Izuku, quien era..

Lo que sabía era que era un chico quirkless, sumiso, tímido, deprimido, con fuertes convicciones, que luchaba por sobrevivir y aferrarse...

No, ya no.

Por el orden de todo hasta la última página ahora tendría 17 años, exactamente ya los cumplió hace un mes, o bueno.. claro.

Murió antes de cumplirlos.

La cosa es que por la sombra y tamaño, y cómo era cuando me entregó la libreta, mediría 1,66cm o más, quizás hasta 1,68.

Suspiré con una débil sonrisa.

Me imaginaba su mirada, su voz, quizás... si él estuviera vivo... me esforzaría en decirle algo, en hablarle, y demostrarle que en el mundo no hay tanta mierda.

Digo, quizás sea un villano, osea, lo soy, pero, al saber todo lo que ha sufrido siento compasión.

Un sentimiento que había perdido hace mucho.

Mi mirada perdida volvía hacia la ilusión de haber hecho algo en ese momento.