PAÑUELO

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Hoy es viernes, la mayoría sale de fiesta o al menos vuelve a su casa, pero últimamente están desapareciendo algunas niñas por la ciudad así que la mayoría nos hemos quedado en el internado. De todas formas, yo casi nunca salgo, mi casa está demasiado lejos de aquí y no tengo demasiadas amigas con las cuales pasar el tiempo, me quedo en la biblioteca leyendo algún libro o simplemente veo por la ventana hasta que siento demasiado sueño para seguir.

Hoy decidí llevarme un libro y sentarme bajo un árbol en el patio ya que una de las farolas de la calle lo alumbra bastante bien, el libro trata de piratas, lo donaron hace poco, tiene algo de olor a perfume que me embelesa y logra que me ponga a cabecear, pero oigo un ruido, como si arrastraran algo por el sendero, me asusta bastante ya que se supone que soy la única que se quedó afuera así que me asomo con cuidado para ver que hay pero no distingo nada así que sigo leyendo y pronto empiezo a quedarme dormida. Sueño que voy por el mar, puedo sentir como las olas mecen mi barco, siento la brisa en mi rostro y siento... ¿Qué voy de cabeza? Me despierto abruptamente y me doy cuenta de que alguien me lleva en dirección contraria a las habitaciones y pido que me baje, pero eso solo hace que la persona me agarre con más fuerza, no consigo que me suelte, se interna cada vez más entre la vegetación y yo veo como poco a poco mi escuela se va haciendo más pequeña. Siento una rama cerca de mi brazo, la tiro con fuerzas y pateo para que me liberen pero la rama se termina rompiendo, esto me dan ganas de llorar pero ese sentimiento solo logra que me enoje y con la rama aun entre mis manos golpeo en todas direcciones, siento como caigo al suelo y salgo corriendo, siento como me siguen y como me palpita la cabeza por culpa de mi aterrizaje forzoso, trato de perderlo pero parece que mi persecutor conoce este lugar mejor que yo, junto el valor para voltear a mirar de quien se trata pero termino cayendo por un desnivel, así que aprovecho para esconderme en un arbusto cercano y siento que algo se clava en mi mano, es un pedazo de botella que alguna niña dejo después de esconderse a beber aquí, pero no es momento de pensar en ello, la persona se acerca así que tomo el dedazo de botella y alcanzo a lastimar una de sus piernas, lo sé porque escuche como gemía, es una mujer, me paro, la empujo y salgo corriendo hacia el internado, cuando me voy acercando siento su presencia de nuevo así que empiezo a gritar para que alguien venga a ayudarme. Veo como se prenden las luces y siento un enorme alivio al ver salir al celador y a una de las inspectoras, corro y me abrazo a ellos llorando, les cuento lo que pasó y ellos miran mi mano sangrante, aun no suelto la botella, ni siquiera me había percatado de eso, la inspectora me envuelve con su brazo y me guía a la enfermería, yo intento ver de reojo si mi persecutora sigue afuera pero solo está la oscuridad de la noche.

A la mañana siguiente viene la policía, puede que la persona que me atacó anoche fuera la misma que ha estado secuestrando a las niñas últimamente, les cuento lo que se, también hacen que lo anote pero se cayó mi lápiz, me inclino para recogerlo pero en eso me doy cuenta de que hay una profesora afuera de la enfermería hablando con los policías, lleva un pañuelo atado a su tobillo, tomo el lápiz lo más rápido que puedo y empiezo a sudar frío, noto que está nerviosa, espero que no se dé cuenta de que la reconocí. Espero que las demás niñas extraviadas se encuentren bien, ojalá sigan bien.

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