Te deseo

conjuro

Después de confirmar esos rumores decidió mandar a llamar a su esposo.
Al día siguiente se encontraron en una habitación cerrada mirándose frente a frente.

Afuera se podía escuchar el golpeteo de la lluvia, que más de parecer suave era torrencial,el viento también soplaba fuertemente sacudiendo las puertas como si intentará romperlas.

- Por qué mandaste a llamarme? Es algo urgente?

El sonido de la  voz que se escuchó era algo sería y fría

- Necesito decirlo? Supongo que ya habrás escuchado lo que tus soldados hablan a tus espaldas

- A que te refieres...

- Seré franca, esa mujer. La amas?

-Que dijiste?

Al parecer el hombre frente a ella no sabía de lo que estaba hablando, su rostro confundido lo confirmaba

- Su nombre es izayoi verdad?

- Tú cómo...

- como me enteré?, pues fue realmente fácil. Pero ahora quiero saber que es lo que sientes por ella.

La cara del hombre se transtorno y se torno sombría, el aura que emanaba era oscura y helada

- Le hiciste algo a ella?!!

Su reacción inesperada la sorprendió, sin antes tomarla en cuenta ya la estaba acusando, como si ella hubiera hecho algo demasiado malo.
Con esto ya era obvio cuál era la realidad.

- Entonces es así como es

- Dime que fue lo que le hiciste!

- Tranquilo; no la lastime, si es lo que estabas pensando; además puedes irte con ella si quieres, no te detendré; pero si te vas lo nuestro se termina.

Grande fue su decepción al ver cómo aquel hombre se levantaba de su sitio y dándole la espalda, sin decirle ni una palabra, salió de la habitación cerrando la puerta abruptamente.

Ahora lo recuerda, el momento en el que empezó a detestar a los humanos, fue desde ese día, ese maldito día.

Talvez esa fue la razón por la que fue intolerante con esa pequeña niña que siempre acompañaba a su hijo.

Esta vez no cometería el mismo error, esta vez cuidaría de esta joven sacerdotisa.

Las dos mujeres salieron de la habitación y se dirigieron a un gran lago rodeado por una muralla que  formando un círculo. En toda la circunferencia del lago se levantaban muchos árboles de cerezo que a la vez eran reflejadas por el agua cristalina. Como si fuera un gran espejo daba una ilución increíblemente hermosa.

Una vez dentro, irasue empezó a tirar la joyas dentro del lago y estás desde lo más profundo empezaron a brillar.

- Miko entra en el centro del lago

-si...pero me hundire si voy hasta allá

- no te preocupes, las piedras que lance tienen una característica especial, estas hacen flotar todo lo que esté encima de ellas.

Kagome acerco un pie al agua clara y con un poco de miedo empezó a avanzar. efectivamente desde el inicio no se hundio para nada, más bien le daba una sensación de estar pisando un montón de plumas.

Llegó hasta el medio y se detuvo ahí tal y como se lo habían ordenado.

- Irasue Sama que es lo que sigue?

- no te lo conté, pero esas joyas debajo tuyo absorben la energía y sangre de cualquier ser vivo , si estás mucho tiempo junto a ellas lo más probable es que mueras

- eso..

- no te asustes, te lo dije verdad, que te ayudaría. Los pergaminos que están a mi lado son un cello de transformación, mientras las joyas absorban tu energía y sangre humana poco a poco, el cello se encargará de reemplazar estás por la vitalidad de un yōkai.

Al parecer todo había Sido bien planeado, ahora solo tenía que poner todo de su parte sin cometer ningún error.

- entiendo, yo solo me quedare quieta o debo hacer algo?

- Tu serás la pieza más importante de esto, cuando empieces a sentir tu sangre drenarse; necesito que liberes toda tu energía espiritual.

Kagome entendió que tenía que hacer, después de todo sabía cómo manejar la energía, pues en muchas ocasiones tubo que transferirlas a sus flechas para purificar a los demonios.

- estoy lista Irasue Sama, podemos empezar

- me gusta tu entusiasmo, por cierto si empiezas a sentir que el dolor es insoportable, solo dilo.

- si, también muchas gracias por lo que estás haciendo por mí

Kagome cerro los ojos fuertemente, tomó una gran respiro y  una pequeña flama rosa empezó a formarse a su alrededor liberando su energía espiritual.

En cambio a la orilla del lago, los cuatro pergaminos que contenían un montón de letras incomprensibles y figuras extrañas comenzaron a brillar.