Capitulo Uno:
Estaba en el aeropuerto esperando por mi hermano, como de costumbre llegaba tarde y no me sorprendía, pero conociéndolo le dije que llegaba una hora antes de lo previsto, por lo tanto si hubiera llegado hace una hora hubiera echado raíces de tanto esperar. Decidí mudarme con el luego de unos problemas que me habían ocurrido en Londres, mi padre al principio no estuvo muy de acuerdo con la idea pero entendió el dolor que me causaba seguir viviendo allí; me dolía dejar solo a mi padre, luego de la muerte de mamá él no había logrado recuperarse completamente pero era hora de pensar en mí, o al menos por un tiempo.
Ethan se había ido de Londres hace unos diez años al menos, él nunca quiso abandonar a papá pero él y yo no tenemos la misma madre, y su mamá pensó que era bueno para el vivir con ella un tiempo, y aunque nunca estuve de acuerdo con eso no proteste, tampoco era quien para discutir con la madre de Ethan, pero estaba equivocada en su decisión, él se había vuelto un completo desastre interesado solo en las mujeres al poner un solo pie en California.
—Gina. — Susurro en mi oído haciéndome sobresaltar por el susto.
— Ethan. — Prácticamente salte sobre el al abrazarlo, pero no me importaba, hacía tanto no lo veía.
— ¿Cómo estás?
—Cansada como el infierno.
—Vamos, un amigo mío está allí fuera esperándonos. —Asentí con felicidad, no veía la hora de apoyar mi trasero sobre algo más cómodo que las malditas sillas de plástico del aeropuerto.
El amigo de Ethan se llamaba Adam, era bastante agradable a decir verdad y al parecer era todo lo contrario a mi hermano, estaba soltero y tenía un pequeño hijo llamado Ian, estaba enamorado de una chica que lo rechazaba constantemente y la madre del niño murió en el momento del parto. Creo que fue mucha información para quince minutos de viaje.
— ¿Por qué te mudaste? — Ethan me miro como intentando preguntarme si quería o no contestar eso.
— Era tiempo de abandonar el nido.
—¿Cuántos años tienes?
—Veintidós, ¿tu?
—Adam, más te vale que recuerdes que es mi hermana pequeña. — Reí a carcajadas, como si estuviera en momento de fijarme en alguien.
—Tengo veintiséis, Gina.
En lo que quedaba del camino nadie hablo, y me parecía perfecto ya que aproveche ese tiempo para dormir, pero las pesadillas se hicieron presentes, haciéndome levantar sobresaltada y sudada, mire a mi al rededor y no había nada con lo que había soñado. A veces creía que las pesadillas acabarían por matarme, cuando recién me despertaba lo único que quería era un abrazo y alguien que me dijera que todo iba a estar bien, aunque supiera que no iba a estarlo; podría buscar ese abrazo en mi hermano pero la realidad era que no quería preocuparlo por mis malos sueños.
Al llegar a la casa de Ethan me sorprendí bastante, no esperaba que fuera algo tan llamativo. La decoración era increíble, claramente no era el gusto de él así que supuse que su madre había sido quien había decorado todo, o alguna de sus tantas "amigas". La casa tenía un toque antiguo pero moderno a la vez, me recordaba a las revista de decoración que están siempre en la empresa de papá, cuyas revistas creo que soy la única en mirar. Entre a la cocina y me encontré a una mujer de no más de cincuenta años, y supuse que era Melina, la madre de Ethan, ya que no creía que mi hermano además de acostarse con cualquier mujer que se le cruzase ahora se acostara con mujeres mayores.
— Hola. — Sonreí estirando mi mano. — Soy Gina.
—Oh querida déjate de formalidades, soy Melina. — Dijo dejando un beso en cada mejilla.
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Niñera de mi vecino.
RomanceMe mudé con mi hermano para dejar mi pasado atrás, un nuevo comienzo, quería que mi vida mejorará, pero no sabía si iba a mejorar o a empeorar cuando acepte cuidar a mis vecinas... Y a su hermano.