Había pasado una semana exactamente desde que estaba cuidando a Amber, todo salía bien, gran parte de la tarde la pasábamos yendo de un lado a otro y en la noche mirábamos alguna película hasta que se dormía. Sawyer no había intentado coquetear, tal vez alguna que otra palabra o piropo pero nada que pudiera incomodarte, hoy me había pedido que me quedara con Amber por la noche el saldría y no sabía a qué hora llegaría, solo le pedí que llegará lo más sobrio que pudiera, no quería andar de chismosa con su padre.
Prepare la cena para mi y Amber, no era nada elaborado solo una sopa, la verdad que hoy habíamos estado todo el día en la calle y lo único en lo que pensaba era el momento en el que mis pies tocará en el colchón. Sawyer me había dicho que podía dormir en su cama, preferí rechazar la oferta y aceptar la de Amber que era dormir con ella en su cuarto.
—Amber, ven a cenar. — La llamé desde la cocina y vino enseguida.
—¿Sawyer no comerá con nosotras?
—Hoy tu hermano iba con amigos, ¿recuerdas? — Asintió sin hacer más preguntas y siguió devorando su plato.
Mis ojos estaban como dos huevos al ver la segunda película de dibujos animados, recién se había dormido y no contaba con la fuerza de voluntad para cargarla hasta su habitación porque generalmente era un trabajo que su hermano se ofrecía hacer y era algo que agradecía, pero no podía dejarla durmiendo en el sofá así que la levanté como pude y fui a su habitación. Camine hacia al baño para poder deshacerme de mi cabello atado y lavarme los dientes; la verdad es que la cama era pequeña y por unos segundos se me cruzo ir a dormir a la otra habitación, pero mi comodidad no podía ganarle a lo cordura.
Escuché como mi teléfono sonaba y era Adam, estaba confundida y demasiado dormida para lograr atenderlo hasta que la llamada se cortó. Eran las dos de la madrugada y cuando ví la hora fue cuando me preocupe, así que lo mejor era devolverle la llamada.
—Gina, tienes que venir al hospital St. Rose, ahora. — Me levanté de la cama y salí de la habitación para no despertar a Amberli.
—Adam, explícame que sucede, no entiendo.
—Ethan tuvo un accidente.
—Voy en camino. — Dije y colgué sin dar más vueltas.
Sentía que alguien estaba golpeando mi garganta, había un nudo que no me dejaba respirar, el miedo, hacia presión sobre mi el miedo de que algo le para a mi hermano, a una de los pocas personas en esta vida que me importa. Me cambié lo más rápido que pude sin prestar mucha atención a lo que me ponía y amarre mi pelo a una coleta alta, no era de mucha importancia ahora el como iba vestida.
Pensé con claridad unos segundos, era demasiado tarde para salir con Amber, por suerte escuché un ruido en la habitación de Sawyer y tenía la esperanza de que estuviera ahí así que entre como alma que lleva el diablo.
—Ay, santo cielo.— Cerré la puerta rápido sin decir nada mas, Sawyer no estaba solo, y su compañía no era precisamente lo que yo llamaría una "amiga"
Levanté a Amber sin despertarla y la cubrí con una manta para subirla lo más rápido que pude a mi auto, no eran momentos en los que me detuviera a ser coherente pero no quería arriesgar la vida de la niña de ninguna manera así que trataba de no ponerme nerviosa y manejar con cuidado. Llegué al hospital corriendo con Amber en brazos y la ví a Emma llorando abrazada a Nick, por mi cabeza se cruzó lo peor aunque quedaba la esperanza de que nada allá pasado.
Nick soltó a Emma y se paró delante mío tomando a su hermana en brazos.
—Habitación 205, ve.
—Debo avisarle a tu padre que estoy aquí. — Hable entrecortada tomando mi celular pero Nick lo quito de mis manos y me hizo señas de que fuera, se lo agradecería luego.
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Niñera de mi vecino.
RomanceMe mudé con mi hermano para dejar mi pasado atrás, un nuevo comienzo, quería que mi vida mejorará, pero no sabía si iba a mejorar o a empeorar cuando acepte cuidar a mis vecinas... Y a su hermano.