Capitulo dos [editado]

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Al llegar al estudio me encontré con la amiga de Melina, le di las gracias por dejarme trabajar aquí y me dio las indicaciones de lo que debía hacer, por hoy en realidad no era nada, solo debía preparar la coreografía para el show de fines de año, pero cada niño que participara podía venir a ver para darse una idea de cómo sería. Aunque la verdad esto no era lo que quería, quería profundizarme en la fotografía, eso era lo que me gustaba, pero no podía pedirle a mi hermano que me pagara una universidad, aunque aceptara, quería pagarme mis estudios, y todo lo que necesitara, no pretendía abusar de las comodidades que Ethan podría ofrecerme, vivía con él, eso era suficiente comodidad para mí, además de mi tranquilidad mental.

Comencé ensayando lo primero que me venía a la mente, era más como una especie de calentamiento, no había preparado algo en especial para hoy pero me gustaba bastante los pasos que estaba haciendo, contando con que no eran muy difíciles ya que eran niños y no podía hacerlos volar por el aire. Sentí como alguien me tomaba del brazo haciendo que me volteara y me encontrara con Amber, la niña que vino a mi casa con un chico de casi mi misma edad, parecía algo más grande, o tal vez solo lo aparentaba, tenía una barba de unos cuatro o cinco días que daba un aspecto desarreglado, pero aun así me resultaba bastante guapo.

—Gina. — Dijo Amber dándome un corto abrazo.

—Hola, cariño, ¿cómo estás?

—Bien, él es mi hermano. — Sonreí y estrechamos nuestras manos en forma de saludo. — Saw, ella es la hermana del tío Ethan.

—Oh, sí, Ethan me había dicho que vendrías. Lamento no haber podido ir ayer, en verdad me encontraba mal. —Sonreí, pero no le dije nada, ya que sabía que era una mentira.

—No te preocupes, tus padres me dijeron que estabas enfermo, espero que te encuentres mejor. — Dije con cierto tono de broma. — Bien, creo que los veré luego, tengo que ir a hacer algo.

Me encontraba algo mareada y cansada, no me sentía del todo bien, pero debía ir a firmar unos papeles para que el trabajo fuera oficial. Sammantha, la amiga de Melina, era una mujer de unos cuarenta y tantos años de edad, muy agradable y una mujer realmente hermosa, pero tenía una enfermedad que le prohibía seguir dando clases, se la notaba triste al contarlo. Al salir del estudio me encontré con Adam y el pequeño Ian, estaban hablando tranquilamente con Amber y su hermano, pero era extraño, jamás me habían mencionado que el vendría a recogerme, por lo que me preocupe.

—Hola, disculpen, ¿Adam todo está bien?

—Sí, claro, solo que Ethan no quiso que volvieras sola.

—Como si veintidós años no fueran suficientes para caminar sola. — Murmure, pero estaba seguro que todos lo habían escuchado. — Lo que sea, ¿podemos ir ya? La verdad no me siento del todo bien.

Sabía lo que Ethan trataba de hacer, él quería que Adam hiciera de mi chofer, o algo parecido, solo para que no anduviera sola por la calle, sé que tiene miedo de que algo me pase ya que no se manejarme sola, nunca lo he hecho en Londres, era una de las cosas que se me había prohibido. Pero en California era todo diferente, no tenía miedo de caminar sola por aquí, incluso quería salir sola a veces, creía que lo necesitaba para ir acostumbrándome, Adam no tenía por qué hacer de mi chofer, él ni siquiera me conocía.

Comencé a sentir como mi se revolvía, quería vomitar pero estaba segura que si lo hacía en la suburban de Adam me mataría, así que fue mejor frenarlo antes de que fuera tarde; — Adam, detente.

Sabía que le había hablado mal, pero el no lo había pensado ni dos segundos, lo que agradecí internamente a que vacié todo en cuanto el freno y pude abrir mi puerta. Creo que él también me agradecía no haber ensuciado su camioneta con restos de mi desayuno. Él me pregunto si me encontraba bien y al asegurarme de que ya todo estaba bien seguimos el camino hacía mi casa.

Niñera de mi vecino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora