Avatar: La princesa azul

Libro Uno: Aire Capítulo cuatro: Los guerreros de Kyoshi

Iroh entró con cuidado en la habitación de su sobrino. Zuko estaba meditando ante cuatro velas, su luz brillaba y se atenuaba al ritmo de la respiración del príncipe.

Zuko no se volvió para reconocerlo. "La única razón por la que deberías interrumpirme es si tienes noticias sobre Azula", dijo con calma.

Iroh sostuvo un mapa enrollado en su mano. "Bueno, hay noticias, príncipe Zuko", dijo inseguro, "pero puede que no le gusten. No te enfades demasiado ".

Zuko respiró con calma, "Tío, me enseñaste que mantener la cabeza tranquila es una señal de un gran líder. Ahora, cualquier cosa que tengas que decir, estoy seguro de que puedo aceptarlo ".

"Bien entonces". Iroh estaba indeciso, tirándose de su barba corta. "No tenemos idea de dónde está".

Las velas se interrumpieron en una masa ardiente, igualando la creciente furia dentro de Zuko. " ¿Qué ?"

Iroh tomó un abanico y trató de refrescarse mientras su sobrino se ponía de pie. "Deberías abrir una ventana aquí".

"¡Dame el mapa!" Dijo Zuko mientras le arrebataba el pergamino a su tío.

Iroh lo vio desenrollar y escanear el pergamino. "Ha habido múltiples avistamientos del Avatar. Es imposible localizarla ".

Zuko vio todas las ubicaciones marcadas, líneas en zigzag que se cruzaban y se cruzaban entre sí. "¿Cómo voy a encontrarla, tío?" preguntó desesperado. "Mi padre hizo que Azula fuera instruida por algunas de las mentes militares más grandes. Obviamente, la ha convertido en una maestra de la evasión ".

***

"Sokka, ¿sabes siquiera dónde estamos?"

Sokka tragó saliva mientras levantaba nerviosamente la vista del mapa. "Um, estábamos en algún lugar cerca del agua".

Su respuesta no ayudó. Todo a su alrededor no era más que océano. Incluso la alta vista que obtuvieron al volar sobre Suzaku no ayudó, ni una sola masa de tierra a la vista.

Azula dio un suspiro irritada. "¿Por qué dejé que me convencieras para que te diera el mapa?"

"En realidad", intervino Katara mientras sembraba los pantalones de su hermano, "fui yo quien te convenció".

"Bien entonces", dijo Azula. "Katara, ¿por qué dejé que me convencieras para que le diera el mapa a tu hermano?"

"Porque estás volando en Suzaku y no pensé que fuera una buena idea que te distraigas. Podría chocar contra algo ".

"Estamos volando por el cielo en un pájaro dragón", Dijo el Avatar. "¿En qué podríamos chocarnos?"

"Deja de molestarla, Azula", espetó Sokka. "Hay que darles espacio a las niñas mientras cosen".

Katara frunció el ceño. "¿Qué tiene que ver ser niña con la costura?"

"Sencillo. Las chicas son mejores arreglando pantalones que los chicos y los chicos son mejores cazando y peleando y cosas así. Es simplemente el orden natural de las cosas".

Katara se burló. "¡Azula es una chica y es mejor luchadora que tú !"

"Sí, pero ella es el Avatar, en realidad no cuenta como una niña".

Azula sintió que uno de sus ojos se movía y miró al mar abajo, debatiendo consigo misma si el idiota sobreviviría a la caída.

"Azula", espetó su madre mientras estaba sentada en una de las alas de Suzaku, "no puedes asesinar a Sokka".